La rebelión neoludita

La rebelión neoludita
La rebelión neoludita
Pixabay

Nos da miedo que en el futuro las máquinas, conscientes de sí mismas, antepongan sus necesidades a las de sus artífices y se rebelen. Me refiero a sus artífices originarios, pues es de suponer que algún día las propias máquinas engendrarán otras máquinas, si no lo están haciendo ya.

Por otra parte, respecto al presente, hay quienes creen que la tecnología nos está sometiendo a un férreo control social que deturpa la democracia, generando una especie de ‘consenso prefabricado’, según la expresión que acuñó Theodore Roszak en ‘El nacimiento de una contracultura’ (1968). La digitalización de las relaciones humanas y la inteligencia artificial refuerzan dicha creencia.

Conforme a lo anterior, será la humanidad la que se rebele contra las máquinas, y no al revés. Ya lo hicieron los ‘luditas’ ingleses, cuando, en defensa de sus empleos cualificados, aniquilaron miles de telares mecánicos. De no haber sido por la intervención del ejército y del mismísimo Parlamento británico, que en 1812 castigó con pena de muerte la destrucción de máquinas, quizás los seres humanos hubieran ganado aquella pionera contienda.

De ahí que hoy llamemos ‘neoluditas’ a las personas que tienen tecnofobia. Gente que, en vez de tratar con algoritmos plenamente fiables, prefiere correr el riesgo de entenderse con otra gente. Sin duda, esta preferencia hará fracasar la rebelión humana, tan pronto como las máquinas aprendan que, para ganarse nuestro favor, solo tienen que volverse torponas, cínicas, mendaces, crueles y un poco cariñosas. Esta mezcla adictiva nos resulta irresistible.

(Puede consultar aquí todos los artículos de opinión escritos en HERALDO por Javier Usoz)

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