Conchabanzas hidroforestales

Conchabanzas hidroforestales
Conchabanzas hidroforestales
Krisis'23

La asociación SOS Montes Universales presentó el pasado mes de enero una nueva denuncia ante la Confederación Hidrográfica del Tajo. La primera derivó en un procedimiento sancionador al Servicio Provincial de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón

Esta segunda denuncia, en buena lógica, aplicando la legislación vigente debería ampliar las sanciones. Los hechos no son para menos.

Los infractores han realizado nuevas talas en el Tajo, con algo más del millar de ‘Pinus sylvestris’, algunos de gran porte, ¡cortados para siempre! Tampoco han tenido piedad con unas cuantas decenas de enebros ni han respetado la red hidrófila de la cabecera del Tajo. En el mismo cauce del barranco del Escalerón, en el arroyo de las Turberas del Bodegón, en los arroyos de las Pinadas del Mortero, han afectado a cientos de pinos y a docenas de enebros (‘Juniperus comnunis’); chaparras (‘Juniperus sabina’) y agracejo, varias especies de berberis, entre otros árboles y arbustos.

Los infractores no han tenido problema destrozando los cauces del Tajo y varios afluentes con maquinaria pesada en varios puntos. Hacen y deshacen lo que les da la gana. Cruzan el río sin cuidado ni pudor. Incluso lo usan como pista de extracción de madera. El daño al hábitat fluvial es evidente. Es una catástrofe para especies como la nutria, la trucha y un sinfín de aves, afectando en especial a su nidificación. Tampoco importa que el vado de hormigón siga donde nunca debió estar, cruzando el río en el Tesorillo. Y esto, pese a la denuncia de 2021. Usted puede ir a comprobar sobre el terreno lo dicho. Puede ir, ver y sacar sus propias conclusiones. Como está lejos, en una zona muy despoblada, en un territorio alejado de los focos mediáticos, distante de los centros de poder, parece que los caciques de turno pueden campar a sus anchas. Y eso es lo terrible. Además del desastre ambiental, lo peor es la respuesta política a este ‘ecocidio’. Los responsables del Gobierno de Aragón juegan torticeramente con su posición, pero tendrán que rendir cuentas. No basta con banalizar el asunto y negar las evidencias. Les llegará su sanmartín.

Las administraciones públicas, incluyendo el Gobierno de Aragón, siguen permitiendo que en los montes Universales se lleve a cabo una tala de árboles que supone una agresión al medio ambiente y a la que se opone la población local

Ahora están conchabándose ‘hidroforestalmente’ para trapacear a sus anchas. Por lo que cuentan "el Gobierno de Aragón y la Confederación Hidrográfica del Tajo firmarán un protocolo para mejorar la coordinación entre administraciones". Según dicen "el objetivo es simplificar los trámites burocráticos y crear cauces de comunicación sencillos y permanentes para las zonas donde confluye el dominio hidráulico con el forestal". Suena a aquello de cambiemos las cartas de la baraja para repartir los triunfos.

En estas conchabanzas andan metidos unos cuantos. Los que deberían vigilar, proteger y sancionar parece que se hacen el longuis con los infractores. Así resulta que el dominio público hidráulico y las figuras de protección del medio, pomposamente cacareadas, desaparecen cuando se trata de compadrear con otra administración pública. Si hace falta se soslayan las infracciones amañando la interpretación del dominio público forestal. O, mejor dicho, igual que entre bomberos no se pisan la manguera, cada administración, a sus cosicas, ¡arreglemos el asunto mezclando las lanas! Y, si hace falta, se incorpora algún informe pericial de parte que declare la idoneidad de unas políticas de gestión forestal contra la opinión y criterio de la población autóctona.

Esos ‘indígenas’ van a seguir resistiendo y denunciando. Viven con angustia porque si no se paran estos desmanes temen que el siguiente ecocidio será en la Dehesilla de las Monjas, un monte sagrado para la gente de la zona. Si no se detiene, va a ser esquilmado cortando 2.400 pinos grandes en un monte de poco más de cien hectáreas. La violencia institucional va a destrozar esa ‘reserva natural fluvial’. Y poco falta para aniquilar la singular mariposa ‘Aricia morronensis guadalaviarensis’ (Munguira y Martín, 1988). Los endemismos son los mejores indicadores de la excelente salud medioambiental de un monte. Si prosiguen las talas, pese a las advertencias, serán responsables por acción y omisión de vulnerar la normativa europea de protección de hábitats. No obstante, las elecciones están cerca y a más de uno le va a temblar el suelo.

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