Cambios reversibles

Bombo con los números del sorteo de lotería de Navidad.
Cambios reversibles
Agencias

La paridad, al 50%, es urgente desde hace tanto que cuando la firmen habrá que ponerla al 70/30 (ley del péndulo). La paridad, al 50% y en todo, incluyendo la Iglesia, el Islam, etc. La sociedad lleva tanta velocidad, a veces hacia atrás, que la ley mordaza, por ejemplo, no la derogan. 

Y esta cuestión: ¿por qué se puede cambiar de sexo y no de estado económico? ¿Qué diferencia hay? ¿Es burocracia, técnica o metafísica? Por ejemplo, si alguien quiere dejar de ser pobre o casi ¿puede solicitar y obtener el cambio de estado económico y pasar a ser rico o casi? Y, por supuesto, viceversa. ¿Se puede hacer el cambio de género y número (de cuenta, claro) de una tacada? El problema sería de disponibilidad, de presupuesto. Si todos quisiéramos hacer el cambio en la misma dirección –cosa lógica al principio–, ¿de dónde saldría el dinero? O bien, si todos solicitamos el cambio inverso, hacia el ascetismo decrecido, ¿a dónde iría todo ese dinero sobrante? La única forma de conciliar estos cambios múltiples y complejos, por lo demás inminentes (pues una vez que se empieza es difícil parar), es combinarlos todos mediante la famosa IAB, también llamada Inteligencia Artificial Básica, o sea, por sorteo, lo que nos llevaría a la lotería de Babilonia de Borges: se cruzan al azar todos los destinos solicitados cada día y se le da vida al bombo. Sabiendo que se puede cambiar la suerte a menudo y que todo es reversible (excepto, de momento, la eutanasia) habría una gran libertad y mucha variedad. Se disiparían tanto los viejos prejuicios que habría que inventar otros nuevos.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión