Héroes y primates

El gibón, un pequeño primate de la familia de los homínidos que habita en el dosel arbóreo.
Héroes y primates
Ashley Vincent/Solent News

El Museo Lázaro Galdiano organiza desde hace más de una década veladas nocturnas en clave literaria, visitas a su colección madrileña guiadas por los poetas Vanesa Pérez-Sauquillo e Ignacio Vleming. 

Con recitales en torno a los viajes, el miedo o el amor, acompañan al público en su descubrimiento de un puñado de tesoros artísticos, mientras ilustran su presencia en el palacio con textos literarios de todos los tiempos y lugares. Entre dicha retahíla señalan un escritorio flamenco cuyos cajones, de ébano y roble, se adornaron con escenas procedentes de la ‘Metamorfosis’ de Ovidio, pinturas inspiradas en estampas de cierta edición de la obra publicada en Amberes a finales del siglo XVI. Una de ellas ilustra la fábula de Píramo y Tisbe, precursora de la tragedia de Romeo y Julieta. Hijos de familias enfrentadas, los dos jóvenes vivían en casas contiguas cuya pared medianera tenía una grieta minúscula. A través de dicha fisura conversaba la pareja y planeó un encuentro clandestino, urdiendo, sin saberlo, su fatal desenlace.

Cómo no pensar en ellos hace unos días cuando saltó la noticia de la mona japonesa que había quedado preñada en soledad. El misterio, que desconcertó a numerosos zoólogos de todo el mundo, ha sido al fin aclarado. El macho Itoh vivía en un espacio contiguo al área de exhibición de simios que la hembra frecuentaba en aislamiento, separados por un muro infranqueable que, sin embargo, tenía un agujero. El pequeño orificio permitió su cópula y nació un gibón. Me pregunto si los primates también soñarán con nuestros mitos.

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