Director de HERALDO DE ARAGÓN

La pelea por el territorio

‘Andalán’, Premio Aragón
La pelea por el territorio
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La batalla se ha trasladado al territorio, a las localidades más pequeñas. Ponderadas y definidas las fuerzas en las tres capitales de provincia, el empeño se centra en las candidaturas municipales, en lograr el mayor número de listas para dar muestra de la buena salud de los partidos. 

Se libra ahora una particular primera vuelta que puede ofrecer una atinada proyección de los resultados electorales. Un elevado número de candidaturas es sinónimo de fortaleza y, por extensión, traduce la capacidad de movilización de un partido, por lo que esta carrera en los pueblos resulta crucial para radiografiar la tendencia del voto. En unos comicios con nueve formaciones con posibilidad de entrar en las Cortes regionales, donde los restos van a ser determinantes, lo que ocurra con las listas, tanto por su número como por los enclaves donde se constituyan, adquiere una especial relevancia.

La ajustada contienda electoral que se prevé para mayo descubre una nueva batalla política por el territorio

La pelea por las candidaturas municipales no es nueva. De hecho, buena parte del origen de la fractura entre el PAR y el PP se encuentra en las ofertas que los populares lanzaron en los pasados comicios a varios alcaldes aragonesistas. La historia se repite y la crisis del PAR está siendo vista por el PP como una oportunidad para construir una renovada red de alcaldes que amarre el poder provincial y autonómico. El reto no se centra solo en el deseo de que el votante escoja dos papeletas (municipal y autonómica) iguales aprovechando el tirón del candidato a alcalde, sino también en la oportunidad que implica sumar los votos necesarios como para hacerse con el control de las diputaciones y las comarcas. Esta estructura de poder provincial, alejada del foco que representan la DGA y los grandes ayuntamientos, posee el atractivo del acceso a la gestión de las diputaciones –con una caja saneada– y el despliegue de un poder político en el territorio que repercute directamente en el gobierno de los partidos.

Tan importante como el número de listas y su confección es la presentación de las candidaturas a las principales capitales de comarca, donde la incertidumbre por el resultado electoral ha desbaratado toda previsión. En estas localidades de tamaño medio, donde no solo está en juego el ayuntamiento, se libra idéntica batalla por el destino de los votos huérfanos de las fuerzas del centroderecha, aunque con la salvedad añadida de que muchas de estas localidades son verdaderos iconos políticos de los partidos mayoritarios.

El número de listas, cuya elaboración se convierte en una suerte anticipada de primarias, permite conocer el poder real de los partidos

El baile en el territorio comenzó hace meses, aunque la proximidad del cierre de las listas está acelerando los movimientos. Esta semana, sin ir más lejos, se ha producido un nuevo goteo de bajas, cambios y renuncias entre representantes de varios partidos que confirman lo que está en juego. La condición ideológica de estos munícipes prima en la mayor parte de los casos, aunque el cambio de color político de muchas de estas candidaturas suele responder a lo bien o mal atendidos que se han sentido por sus respectivas marcas, permitiendo un cambio fácil a otras opciones.

Mientras en Huesca no existen dudas sobre la fortaleza del PSOE en los municipios de la provincia, la principal incógnita sobre el comportamiento del poder territorial se sitúa en Zaragoza y Teruel. El PAR confía en aguantar en ambas provincias, especialmente en Teruel, donde cree que sus alcaldes le garantizan un representante en las Cortes. El PP, por su parte, sabe que el territorio le puede dar el Gobierno de Aragón. 

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