Por
  • Manuel de Miguel

Nos roban la atención

Foto de archivo de un usuario de un teléfono móvil
Nos roban la atención
Pixabay

Es usted de los que nada más levantarse mira el móvil? ¿O incluso de los que todavía tumbado estira la mano a la mesilla y abre por primera vez los ojos para consultarlo? Muchas personas viven atrapadas por la omnipresencia de las pantallas y los mensajes instantáneos.

El periodista británico Johann Hari publicó en enero ‘El valor de la atención: por qué nos la robaron y cómo recuperarla’. En esta sociedad hiperconectada resulta complicado concentrarse para un trabajo o una reflexión compleja, interrumpidos constantemente por mails, tuits, whatsapp, noticias flash, minivideos. Algoritmos de inteligencia artificial aprenden lo que a cada uno nos despierta curiosidad y con sus alertas son incansables en su intento de atraparnos.

Hari comienza el libro contando la difícil búsqueda de un teléfono sin internet. Con él se va tres meses a donde nadie lo conoce. Allí encuentra el valor del tiempo, la lentitud que promueve la atención como la velocidad la destruye. Toma café con nuevos amigos, pasea o viaja sin que suenen timbres, sin ojear pantallas, deja fluir la mente. Leí un caso más extremo: el de otro escritor que debía entregar un libro en dos días y compró un billete de avión Nueva York-Tokio ida y vuelta como único método en que confiaba para centrarse.

En los ajustes de su móvil encontrará ‘salud mental’ o término similar. Yo me sorprendí al comprobar el tiempo de uso y especialmente que recibo al día más de 200 notificaciones, o sea interrupciones.

Para recuperar la atención a lo importante, el autor propone decisiones generales como una regulación de los productos tecnológicos diseñados para distraernos, e individuales como una caja fuerte con temporizador que le impide consultar su móvil o su correo durante el tiempo programado, que destina por ejemplo a su familia. Lo más apreciado por un niño es la palabra central de este artículo: la atención.

En una de las entrevistas de promoción del libro, Hari es rotundo: "No tenemos por qué vivir así. El placer de concentrarte realmente es mucho mayor que el placer de recibir la siguiente notificación de mierda en tu teléfono".

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión