La unión de estaciones
Se pone al fin en marcha el proceso administrativo para hacer realidad la unión de las estaciones de esquí de los valles del Aragón y de Tena.
Un proyecto respaldado por el territorio, cuyos municipios y comarcas llevan mucho tiempo esperándolo, y que tiene que situar al Pirineo aragonés en condiciones de competir con los complejos invernales de Andorra y Cataluña, mejorando además su atractivo internacional. Respetando los valores ambientales de la montaña, el turismo de nieve es fundamental para la economía de los valles pirenaicos y para frenar su despoblación.
El Gobierno de Aragón, la Diputación de Huesca y las empresas propietarias de las estaciones de esquí de Astún, Eivasa, y de Formigal, Aramón, firmaron ayer el convenio de colaboración que permitirá poner en marcha el procedimiento administrativo de declaración de interés autonómico para la unión de estos dos complejos invernales. La conexión se verificará mediante una telecabina con un recorrido de 4,3 kilómetros, sostenida en cuarenta pilonas. Se espera que dentro de pocos días se firme un acuerdo similar para la unión de Astún con Candanchú. El objetivo es, en definitiva, configurar uno de los más amplios dominios esquiables, potenciando así el turismo de nieve en el Pirineo aragonés y aprovechando la disponibilidad en este momento de fondos europeos. El fracaso de la candidatura olímpica -que no llegó a nacer a causa de las pretensiones exclusivistas de la Generalitat- supuso una decepción, pero Aragón tiene que invertir en la nieve, que constituye un vector esencial para la economía de los valles pirenaicos, cuyos municipios y empresarios demandan un plan completo para el desarrollo del turismo de invierno. Hacer compatibles el medio ambiente y el paisaje de la montaña con las actividades que pueden fijar población en el territorio es el equilibrio que tienen que buscar proyectos como el de la unión de estaciones.
