Vuelven los dos bloques

Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping.
Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y China, Xi Jinping.
EVGENIA NOVOZHENINA

Cuando todos creíamos que lo de los dos bloques, el capitalista y el comunista, se había acabado, vemos ahora que contra la OTAN no hay solamente un único país hegemónico, sino que, por si fuese poco, hay dos gigantes enfrente. 

O sea, que se ha hecho un pan como unas tortas. Cuando suponíamos ingenuamente que después de 1991 nos esperaba la paz universal con la desaparición de la URSS, al cabo de tan poco tiempo ya tenemos aquí a los dos bloques, sólo que el comunista ahora está compuesto por dos países. La Rusia de Putin no es más que un comunismo expansionista disfrazado de un capitalismo de ricachones sin remilgos de aparecer como son. Y el gigante asiático todavía no ha abjurado del comunismo, pero ha encontrado en el capitalismo la piedra filosofal de su despegue económico. En fin, la perfecta síntesis política y económica para tener todo controlado. Y Biden, el líder de la libertad occidental, se encuentra de repente contra dos gigantes.

Tanta alegría la noche de la caída del Muro de Berlín, para unos años después volver a las andadas. Lo que pasa es que ahora ya no se lleva el término ‘comunista’ como en los tiempos del ‘Che’ Guevara, a quien todo el mundo lucía en sus rojas camisetas, y se camuflan (los del Kremlin) con aires de demócratas de toda la vida. Engañaron al mundo occidental durante un tiempo, pero al final han enseñado el plumero. Y qué decir de China, un país que tras décadas de duro comunismo, de la Revolución Cultural, que adoctrinaba a los jóvenes con el Libro Rojo de Mao, ha ido liberalizando la economía a imagen y semejanza de Estados Unidos. Aunque políticamente continúa siendo una férrea dictadura, la imagen que quieren transmitir al mundo es la de los rascacielos de los grandes negocios que quieren competir con Manhattan.

En Estados Unidos y también en Europa Occidental los viejos fantasmas resucitan a la mínima, máxime cuando rusos y chinos dan ocasiones por doquier. La guerra de Ucrania ha dejado atrás las duras represiones de Polonia, Hungría y Checoslovaquia, estas últimas con sus ocultos fusilamientos, incluidos los de Imre Nagy y Alexander Dubcek. Pero ahora es toda una guerra anexionista en Ucrania por parte de Rusia.

Y conociendo la dura represión en Hong Kong sobre los levantiscos exciudadanos británicos, que no querían olvidar la libertad perdida, o las pretensiones de Xi Jinping sobre la Taiwán libre, es normal que las autoridades y los ciudadanos estadounidenses entren en pánico al ver el globo espía chino sobre los cielos de Montana.

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