Cuatro meses y cientos de agresores sexuales beneficiados después de la aprobación de la Ley Integral de Garantía de la Libertad Sexual -o del ‘solo sí es sí’-, el grupo parlamentario socialista ha anunciado que va a reformar el texto.

 Lo va a hacer mediante una proposición de ley que enmienda la plana al Gobierno que sustentan los propios diputados socialistas, una vía inusual... pero no extraña. Como si fuera el maletín (jurídico) de la señorita Pepys, del palacio de la Moncloa salen hacia el Congreso decretos leyes, disposiciones adicionales y transitorias, enmiendas y todo un muestrario jurídico que lo mismo busca coser el roto de una ley, implantar un sistema nuevo de elección de los jueces o dar un asiento en el CNI a un vicepresidente del Gobierno.

Que algo tan exótico como que una parte del Gobierno repruebe la ley estrella de una ministra de la otra parte, es decir, de sí mismo, es también inusual... pero no extraño. Pedro Sánchez indultó a los independentistas catalanes condenados contra la opinión de la Fiscalía, del Supremo, y contra la que él defendía tan solo unos meses antes. También presidió el Consejo de Ministros que aprobó la fallida ley del ‘solo sí es sí’ pese a los reparos del Consejo General del Poder Judicial y de ministros como Juan Carlos Campo o Carmen Calvo, a los que sacó del Ejecutivo para situarlos en puestos donde le resultan menos incómodos y más útiles. Ahora, reconoce Sánchez que se queda corto al decir que la ley ha generado un problema. En unos meses sabrá cuánto de corto se ha quedado.