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Cartas al director de HERALDO: El ‘estreno’ de la ley de bienestar animal

La nueva ley del bienestar animal ha suscitado la polémica.
El ‘estreno’ de la ley de bienestar animal
Pixabay

El ‘estreno’ de la ley de bienestar animal

De los creadores de ‘La ley del solo sí es sí’ llega ahora el estreno de ‘La ley de bienestar animal’, la segunda entrega de la saga de terror que tanto éxito ha tenido en los últimos meses, y que es secuela de aquella saga de los revolucionarios años sesenta, ‘Pepe gotera y Otilio, chapuzas a domicilio’. 

En entrevista a su directora, nos comenta que esta segunda entrega también la ha realizado en un pimpampum, que las ideas le fluyeron a borbotones, como si la historia siempre hubiera estado dentro de ella, esperando a nacer, dando rienda suelta a su creatividad. De este modo, esta vez no solo no ha necesitado el asesoramiento de los jueces, sino tampoco el de los veterinarios. Sin querer hacer ‘spoiler’, la película es un homenaje a la cruel y terrorífica época de los ‘castrati’, en versión animal. Su compromiso es tal con la causa que a su perro le ha cambiado el nombre a Farinelli, algo que va a crear tendencia entre sus seguidores comprometidos con dar visibilidad a las víctimas de toda clase y condición que han sufrido a través la historia. Antes de su estreno también le han llovido las críticas a ella y a su equipo, llegándoles a denominar los nuevos ‘illuminati’ pero en versión procaz. Lo cierto es que tras el ‘éxito’ de la primera entrega se ha despertado una gran incertidumbre sobre hasta dónde llegará el de la segunda, ya que no solo se dirige a la caza del espectador sino a cambiar todo un modo de vida rural incomprensible para unas mentes tan clarividentes. Lo que es seguro es que tras el estreno se va a alcanzar un nivel de terror nunca antes conocido, que en palabras del ‘presidente’ se va a traducir en que no vamos a dormir ya tranquilos. En resumen, una saga absolutamente soberbia.

Fernando Valdrés Allueva. ZARAGOZA

La ganga de la mandanga

Cuando uno tiene ocho años, oye decir en el pueblo ciertas palabras y no conoce el significado. Pero no pregunta. Entonces solo se imagina cosas raras. Cuando a los ochenta años o más descubre, definitivamente y sin remedio, el tinglado que encierran en la práctica las palabras del campesino, en la vida y en manos de quienes gobiernan, y pasando por la encrucijada, con el país sembrado de paradojas, y la ciudad donde vives sigue sucia y hecha un avispero político, lo mismo que el país entero, te quedas perplejo y mentalmente paralítico, pensando en si es posible que fuese esto la democracia, o cambio de régimen, puesto que habías crecido y vivido de joven en una dictadura. ¿Qué está pasando? No es lo mismo haber jugado al baloncesto que estar en el monte al cuidado de un rebaño de cabras. Y sin conocimiento de que si las traes a casa, para ponerlas en el redil juntas con las mansas ovejas, las cabras intentarán romper vallas, y las lanudas recibirán muchas cornadas. A veces juntábamos todas las cabras del pueblo cuando yo iba pastor, y aquello daba mal resultado. No es bueno en democracia andar junto con independentistas, exetarras, antisistema y la izquierda extrema. Pues pasados los 80 uno ya sabe que la ganga es el chollo, dicho en lenguaje urbanita, más de cien mil euros anuales; la mandanga es el mangoneo, como siempre, de los que mandan. Esos que, como sea, tienen bien agarrada la sartén por el mango.

Luis Buisán Villacampa. ZARAGOZA

Profesores de FP básica

Quiero ensalzar la extraordinaria labor pedagógica, psicológica y hasta social que vienen realizando los profesores y tutores con sus alumnos de Formación Profesional Básica. Yo, inmodestamente lo digo, fui uno de ellos a comienzos de los noventa. Esta FP inicial iba destinada a alumnos que no habían estado escolarizados, o con fracaso escolar, de entre 15 y 20 años, y que aquí tenían una posible salida hacia el mundo laboral o para reengancharse al sistema educativo. Pero me voy a extender un poco en el trabajo de calle, con las familias y los propios chicos y chicas que realiza, muy por encima de su horario y obligación, el comprometido profesorado que imparte este ciclo. Son auténticos obreros de la educación, alumnos a los que el solo hecho de ir a clase ya les supone un esfuerzo; y a los que hay que convencer en cada clase de que esta oportunidad deben aprovecharla por su propio bien. Conozco de compañeros de pública y concertada que se han dejado la piel por estos jóvenes, no solo dándoles herramientas casi personalizadas, sino lo más importante, cariño, respeto, confianza y mucho trabajo con una buena dosis de paciencia e ilusión. Cuando te enteras de que han conseguido un trabajo o continuado los estudios, es una recompensa indescriptible que te inunda de orgullo y motivación. Es tu obra.

Luis Solanas Cebolla. ZARAGOZA

¿Me cuidas y te cuido?

En los últimos tiempos, en los que una grave dolencia ha asustado a millones de personas por su nada desdeñable mortalidad, se nos plantea el cómo cuidar nuestra salud y la de los más débiles, en el bus, en el tranvía y en el taxi de esta ciudad tan viva. Vemos todos los días en nuestros transportes un buen número de ancianos y enfermos crónicos vulnerables a cualquier germen accesible a su aparato respiratorio. Sin embargo, nuestra mente solo verbaliza el ‘¡qué bien, el 8 de febrero ya no es obligatoria la mascarilla!’. Desearía, como sanitario, que el que esté sano entre sin ningún tipo de restricción ni miedo, y el que esté tosiendo o esté acatarrado se cubra con una mascarilla hasta bajar. Así tú, que no estás sano, cuidas de mi buena salud, y yo, que estoy enfermo, no pierdo la vida por ti. Hay que aprender a cuidar de un desconocido para que ellos también tengan claro que deben cuidar del de al lado.

Emilio Guzmán Sánchez. ZARAGOZA

Aprender a ser flexibles

Para mejorar nuestra calidad de vida está demostrado que tanto la flexibilidad como la adaptabilidad son valores que nos aportan grandes beneficios. Cierto es que ese cambiar de chip en un momento dado para adaptarse a la nueva situación nos puede suponer algo de sacrificio, pero una vez que lo hemos efectuado de manera voluntaria, en la mayor parte de los casos nos compensa sobradamente. Se hace más patente en los casos en que tenemos que hacer frente a una situación inesperada e incluso que no nos gusta, pero que no podemos evitar que ocurra, por lo que ser flexible es la clave. Y es que las cosas son como son y no como queremos que sean, por lo que saber acomodarse a cualquier novedosa situación, sea la que sea, además de ser signo de inteligencia y fortaleza mental, nos provee de más conocimientos y experiencias, ayudándonos a crecer como personas.

Mar Ramos Navarro. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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