Eso es lo que pidió el presidente de la Diputación de Teruel, a propósito de la decisión del Gobierno de Pedro Sánchez sobre el prometido proyecto de construir en Teruel un Museo Etnográfico Nacional. Decisión que resumía muy bien el titular de HERALDO: "El Gobierno endosa a la DPT la obra del Museo Etnográfico".

El Museo fue una promesa electoral en 2008, anunciada a bombo y platillo. Luego, naturalmente, postergada y ahora, 14 años más tarde, reducida a la mínima expresión y sacudiéndose el ejecutivo central toda responsabilidad e iniciativa. Las campañas electorales están plagadas de promesas electorales, la mayor parte incumplidas, sobre todo en las comunidades pacíficas y dialogantes, como es el caso de Aragón. Por eso, con razón, el presidente de la Diputación de Teruel pedía "un poco de respeto".

Si se quiere seguir adelante, el Museo, al que le han quitado ya la categoría de ‘nacional’ y ha pasado a ser un museo sin más, deberá ser construido y gestionado por la DPT en el antiguo Hogar Comandante Aguado. El Gobierno central solo aportará para el proyecto 4 millones del total del presupuesto, que asciende a 46,5 millones de euros. Todo eso lo despacharon desde Madrid con una llamada telefónica, en la que, como dice el responsable de la corporación provincial, "no se concretó nada".

Teruel quiere que se escuche a la institución provincial para que se buque una fórmula que haga viable el proyecto y no se imponga unilateralmente. Eso se lo hace el Gobierno a un presidente de Diputación que es del mismo partido, socialista.

Yo no se respeta ni la coincidencia de colores políticos. Lo único que se tiene en cuenta son los intereses. Como contraste al trato dado a la provincia de Teruel basta ver lo que ocurrió en Barcelona, en la cumbre bilateral España-Francia. El presidente catalán, Pere Aragonés, acudió antes del comienzo, saludó a los presidentes y salió disparado para no tener que escuchar los himnos nacionales de los dos países. Pues a pesar de todo Pedro Sánchez se deshizo en agradecimientos al presidente catalán, aunque su presencia fuera mínima.

Es más, aprovechó Sánchez para arremeter contra el presidente de Galicia por no acudir a la cumbre hispano-alemana, que se celebró en La Coruña. Al parecer esa ausencia se produjo porque no se le avisó con tiempo, cosa que sin duda se habrán cuidado de hacerlo con Pere Aragonés.