El largo puente de la Constitución y la Inmaculada ha dejado buenas sensaciones en general en las áreas turísticas aragonesas, sin ocupaciones desbordantes pero con un buen nivel. 

Las estaciones de esquí del Pirineo han arrancado la temporada y tienen perspectivas favorables de cara a la Navidad; mientras que las nevadas en Teruel permiten esperar que se incorporen pronto Valdelinares y Javalambre. Aragón tiene que seguir trabajando para potenciar todas las facetas de su sector turístico, que cuenta con un gran potencial de desarrollo.

Las empresas ligadas al turismo están entre las que más han sufrido, durante los dos últimos años, las negativas repercusiones económicas que ha traído la pandemia. Este año se está recuperando afortunadamente la normalidad y los festivos del día de la Constitución y de la Inmaculada son habitualmente el lanzamiento de la temporada para el turismo de invierno, que tiene en las estaciones de esquí uno de sus escenarios principales, aunque ni mucho menos el único. En el Pirineo aragonés la llegada de la nieve a finales de noviembre ha permitido arrancar la campaña con buenos niveles de afluencia, y cabe esperar, en función de la experiencia de estos días, que las semanas de Navidad serán también positivas. Las estaciones turolenses, en cambio, todavía están pendientes de que caigan espesores de nieve suficientes. Para el turismo rural, la primera parte del puente ha presentado también una alta ocupación, aunque en menor medida la segunda. En todo caso, el sector turístico es uno de los pilares de la actividad económica y en Aragón hay que seguir trabajando para desarrollar todo su potencial, especialmente fuera de los meses veraniegos. Ampliar y consolidar los dominios esquiables es una prioridad, pero también difundir y aprovechar mejor el patrimonio paisajístico, artístico e histórico con el que cuenta nuestra Comunidad y que es uno de sus innegables atractivos.