Pronombres solidarios

Sexo y derecho
Pronombres solidarios
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La semana pasada recibí un email de un profesor norteamericano, en cuyo membrete final figuraba el siguiente dato personal: "pronouns: he/him/his". 

Como sabrá el público versado en lengua inglesa, se trata de formas pronominales masculinas. Intrigado, buscando en otros mensajes procedentes de las mismas latitudes, encontré más casos, en los que no había reparado, incluida una versión femenina, que decía "pronouns: she/her".

Después he sabido que tales indicaciones terminológicas son un acto político, solidario con la causa transgénero. Consiste en hacer explícito que, al margen del género atribuido a cada nombre de pila, no se presupone que Juan siempre sea ‘él’, y Juana, ‘ella’, sino que, según la identidad de cada cual, Juan podría querer tratamiento de mujer, y Juana, de varón. Por otra parte, una persona ‘no binaria’ podría indicar que le sirven ‘él’ y ‘ella’, indistintamente, o que prefiere el indefinido ‘elle’, o cualquier combinación de estas opciones.

Este hábito pronominal, relativamente reciente, empezó en las redes sociales norteamericanas, luego fue secundado por algunas figuras políticas, incluida la vicepresidenta Kamala Harris, y se está extendiendo por doquier. No en vano, desde 2018, cada tercer miércoles de octubre se celebra el Día Internacional de los Pronombres.

Ahora bien, lo anterior está a punto de convertirse en fugaz agua pasada. Mis colegas anglos se han quedado ‘obsoletes’. Ahora, la vanguardia inclusiva son los ‘neopronombres’. Ni ‘él’, ni ‘ella’, ni ‘elle’, sino ‘ze’. Al menos, en el instante de acabar esta columna.

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