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Cartas al director de HERALDO: Pedro Sancristóval, en Filosofía y Letras

Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza.
Pedro Sancristóval, en Filosofía y Letras
Sandra Lario

Pedro Sancristóval, en Filosofía y Letras

Leo apesadumbrada la esquela de Pedro de Sancristóval y evoco antiguos tiempos. 

Pedro, Perico para nosotras, cursaba Filosofía y Letras. En una Facultad con predominio aplastante de mujeres y una representación masculina compuesta de clérigos, eran pocos los chicos y Perico destacaba no solo por una particular fisonomía (corpulento, de pobladas cejas ) sino también por su simpatía y su conversación, en la que jamás hubo la menor alusión a su nobiliaria estirpe. Se asentó en el Departamento de Geografía Aplicada, donde coincidimos. Él hizo su trabajo de licenciatura sobre Usúrbil, el pueblo guipuzcoano en el que nació. Yo, sobre ‘Salduero, un municipio de Pinares sorianos’. Pasado un tiempo, comencé mi tesis doctoral. Hubiera querido ampliar el tema de Pinares, pero, ¡ay!, en aquel momento a las chicas nos estaba vedado el campo de la Geografía Física por ridículas razones pseudomorales, y se nos reservaba la Geografía Urbana. Mi catedrático eligió como tema ‘El barrio de la parroquia de San Gil. Estudio urbano y sociológico’. Muchas horas de trabajo, largas visitas al Ayuntamiento (entonces en Santo Domingo) o a los Juzgados (entonces en Predicadores). Pero también era preciso el trabajo de calle: observación, encuestas, fotografías, y en mi zona había calles ‘peligrosas’ para que las pateara una mujer. Fue entonces cuando nuestro peculiar catedrático dictaminó que en estos recorridos fuese siempre acompañada por Perico, tal vez considerando su disuasoria envergadura. Así Sancristóval pasó a ser mi escudero y mi amigo fiel. Cuando nuestro Ayuntamiento publicó un resumen de la tesis (‘El Tubo y su entorno’) muchas de las fotos eran de Perico. Relato estas historietas honrando su memoria y dando a conocer cómo nos desenvolvíamos las mujeres en la Universidad de los años cincuenta.

Ana María García Terrel. ZARAGOZA

Las placas solares y el recibo de la luz

Estamos sufriendo una crisis energética y subsiguientemente económica sin precedentes, con una inflación desbocada. Como telón de fondo, el cambio climático se está haciendo patente en toda su crudeza. En este contexto favorecer las energías renovables parece razonable. El ciudadano está siendo objeto de campañas publicitarias animando a la instalación de placas solares en sus domicilios y comunidades. Esto sin duda es negocio para las empresas instaladoras (legítimo) y también para las grandes empresas energéticas: ¿legítimo también? ¿Pero cuál es el resultado para el ciudadano que realiza la no pequeña inversión que esto supone? A priori es rentable a largo plazo: plazo de amortización, entre 7 y 10 años. Sin embargo, hay circunstancias que nos hacen dudar de nuestra decisión. ¿Qué pensar cuando en el recibo de la luz vemos que nos facturan unos consumos ‘estimados’ con cuantías similares a cuando las placas solares no estaban aportando energía limpia? Y eso, un mes tras otro, sin que esos consumos se adecúen con nuestros consumos reales y con un pago (cuando se produce) ridículo de la energía sobrante vertida a la red por nuestra instalación. Esto está sucediendo aquí, en Zaragoza. Se contacta con la empresa ‘comercializadora’ primero, que argumenta que las lecturas del contador corresponden a la empresa ‘distribuidora’ (muchas veces ambas pertenecen al mismo grupo). Se hacen reclamaciones por escrito, se acude a organismos como asociaciones de consumidores, Junta Arbitral de Consumo, etc., todo ello sin resultados o, en el mejor de los casos, se obtiene una regularización ridícula de unos pocos euros muy lejos del perjuicio ocasionado.

Javier Sierra Sirvent. ZARAGOZA

‘Tot per la pàtria?’

En HERALDO, bajo el título ‘Tot per la pàtria?’, D. Guillermo Fatás describe acertadamente cuanto ha venido sucediendo en Cataluña con ocasión del abandono del ‘Govern’ por los nietos políticos de Pujol, hijos de Mas y sucesores de Puigdemont, hoy Junts. Nos recuerda cómo S. M. el rey Felipe VI puso las cosas en su sitio con su discurso antigolpista del 3 de octubre de 2017. Señala cómo el tripartito que inventó el PSC de Maragall fue capaz de comprar la voluntad de Zapatero, que caro lo hemos pagado todos. Advierte que puede repetirse, al no descartar que sean ahora Sánchez e Illa los que tiendan con rapidez la mano a Esquerra. Acierta en su predicción porque, aunque con fórmula distinta al tripartito, la alianza se va a producir. Sánchez lleva toda la legislatura sometido a los independentistas y así va a continuar. Véanse ya las iniciales concesiones del anteproyecto de Presupuestos, anticipo de lo que concederá tanto a independentistas como a Bildu. El sometimiento de Sánchez a ambos va a continuar, lamentablemente. Algo deberían hacer los llamados barones socialistas, además de discrepar en voz baja.

Joaquín Mañeru López. ZARAGOZA

Desatención telefónica

Muchísimas empresas se permiten hacer perder el tiempo por teléfono al ciudadano. Siempre están ocupados, y ahora hace usted el n.º 7, y si quiere le llamaremos nosotros, cosa que jamás se produce. Algunas se atreven a pedir los años del interlocutor; les dicen más de 80 y en ese momento se debe cortar la comunicación, porque el tiempo es el mismo y jamás se refieren a quien debían ayudar. Se da la paradoja de que a un anciano le dicen que busque en la web y allí encontrará todo fácilmente, sin esperar. Son políticas trasnochadas y llenas de despropósito. Esperamos que algún partido político prohíba estas prácticas abusivas y de poco respeto hacia nuestros mayores. Si el teléfono ya no les interesa a las empresas que lo corten para el ciudadano y que vaya en autobús al lugar. Lo mismo ocurre en algunos centros oficiales, esperas, de un sitio para otro, hasta terminar en un cabreo monumental del que llama. Está el teléfono en desuso, no sirve nada más que para que jueguen los niños; en otras épocas era un oficial increíble en la empresa, hoy se le deja sonar y sonar hasta la extenuación. Si estas líneas sirven para que alguien ponga orden, bienvenido sea, y si no es así, que se enmienden y, cuando pregunten la edad, al mayor de 65 años le den preferencia.

Antonio Rodríguez Cabello. ZARAGOZA

Ni educación ni empatía

Cogemos el bus V4 en Constitución dirección Valdespartera. Mi amiga le pregunta al conductor si parará en las paradas que hay por el recorrido, puesto que el día del Pregón no nos paró; dice que si pulsamos sí parará, si no no. Pasamos la Romareda y pulso, al llegar a la parada de Casablanca no para y sigue; le aviso, ni me responde, yo cada vez más enfadado, él no dice nada, ni ‘disculpe no me he dado cuenta’... Al final me para pasado el Canal y yo, andando hasta la parada anterior, cabreado porque ni me pidió disculpas, ni un lo siento. Ni educación ni empatía.

César Ramón Carnicer. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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