Semana de reencuentros
Se ha roto el silencio entre el presidente Pedro Sánchez y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Tras 167 días sin hablar en privado, volvieron el lunes a verse las caras, forzados por la crítica situación que atraviesa el poder judicial, con el Consejo General bloqueado desde hace ya cuatro años. Conversan, y no es poco, poniendo fin a meses de un intercambio de reproches televisado y sobreactuado en una necesitada España que solo progresa cuando hay acuerdo y que se prepara para un crudo invierno.
En el desfile de la Fiesta Nacional se reencontraron en Madrid los de siempre, y faltaron los que acostumbran a hacerlo, esos que siempre ganan cuando el Gobierno de España reparte su presupuesto. Ni rompiendo el protocolo al hacer esperar al Rey consiguió Sánchez zafarse del aluvión de reproches que recibió a su llegada al desfile. En poco se parece el público que va a la fiesta militar al que invita a ‘El Gobierno de la gente’, su gira promocional.
A Zaragoza se desplazaba Inés Arrimadas para defender ante Sara Fernández, la crítica vicealcaldesa, lo bien que va la refundación del partido naranja. Curiosa percepción en una región con altos cargos que piden su dimisión.
Se vivió a orillas del Ebro el reencuentro más esperado, el de los zaragozanos con su Virgen del Pilar, a la que cada uno honra a su manera. Luciendo como nunca los trajes regionales, depositaron a sus pies millones de flores para tejer un espectacular manto y pedir por los que sufren, recordar a los que se fueron y rogar por la paz en Ucrania, que hoy por hoy es lo que de verdad importa.
