No resulta aventurado asegurar que las fiestas del Pilar que comienzan hoy son las más deseadas en mucho tiempo. No en vano se han hecho esperar. 

Pero Zaragoza, como antes otras muchas localidades, recupera hoy la normalidad festiva y vuelve a abrir las compuertas de la diversión y de la alegría, con un programa lleno de citas atractivas y que, como mandan la tradición y el sentimiento de los aragoneses, tendrá su momento culminante el día 12 con una masiva Ofrenda de Flores a la Virgen.

Si las fiestas del Pilar han sido siempre ocasión para la alegría y la convivencia, este año lo van a ser más todavía. Las últimas que se celebraron sin las restricciones y los temores causados por la pandemia fueron en 2019, y en estos tres años Zaragoza ha acumulado ganas de fiesta que a partir de hoy se desbordarán en busca de diversión. La capital aragonesa volverá estos días a mostrarse -así debe ser- como una ciudad abierta, moderna y segura de su identidad, que sabe combinar las tradiciones con la innovación y el bullicio con el sentido cívico. Todo está preparado para un ciclo festivo que comenzará con el pregón leído al alimón por cuatro joteros, signo reivindicativo de uno de los aspectos más queridos de la cultura profunda de nuestra Comunidad. Y el programa ofrece oportunidades de disfrute para todos los gustos, con conciertos que serán masivos y otros más escogidos, con actividades callejeras, en las que no faltarán, por los barrios, las salidas de los gigantes y los cabezudos. También con una exposición estrella en la Lonja, con pinturas de Zuloaga y de Goya, que no hay que perderse. Y, sin duda, la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar, la de Frutos y el Rosario de Cristal, los actos más entrañables y propios de zaragozanos y aragoneses, volverán a convocar a miles y miles de personas. La fiesta vuelve después de una larga espera a Zaragoza, es el momento de vivirla con alegría y con civismo.