Zona de confort

Es otro de los términos incorporados al lenguaje popular en los últimos años, aunque su origen tiene más de un siglo. 

Propuesto inicialmente como una estrategia para maximizar el rendimiento en el entorno laboral, la zona de confort se ha incorporado más recientemente al campo de la psicología o del ‘coaching’. Conceptualmente, es un estado psicológico en el que las posibles situaciones de ansiedad o estrés quedan bajo control; representa lo conocido y donde la persona se siente segura. Sin embargo, esa seguridad puede llegar a ser perjudicial ya que la situación de comodidad que conlleva puede ocasionar la pérdida de motivación para afrontar cualquier reto o cambio vital.

Si bien, la zona de confort es un término utilizado en el campo del desarrollo personal, la situación actual parece que nos conduce a salir obligatoriamente de la zona de confort en la que hemos vivido como población. El posible agotamiento de los recursos naturales, debido al consumo incontrolado, o el cambio climático son hechos recientes que nos llevan a plantear un nuevo modelo de consumo. No se trata de gastar menos sino de reducir el consumo y utilizar los recursos de manera sostenible, es decir pensando en las generaciones posteriores. Salir de nuestra zona de confort como consumidores no es ya una opción sino una obligación. Y puede ser que, al igual que ocurre cuando se trata del desarrollo personal, abandonar la zona de confort sea una buena oportunidad para mejorar, en este caso, la situación del planeta Tierra.