Espíritu creador

Espíritu creador
Espíritu creador
Lola García

El texto es de un poema, hermoso y muy antiguo, dirigido a todos los seres humanos. 

La sociedad que representa es medieval, del siglo XIV, en los tiempos del gótico. El autor está seguro de sí y no oculta que tiene aspiraciones universales.

Todos los pueblos de la Tierra

Alza su voz para interpelar, ambiciosamente, a "todos los pueblos de la Tierra". Para que nadie eluda su mensaje, enumera a sus destinatarios, según edades, posición, clase social o profesión. Compone una especie de paisaje humano del mundo en el que vive y, así, va listando, en una especie de censo global, a –según sus palabras– ricos y pobres, mayores y niños, príncipes y magnates de sangre regia, poderosos del mundo, prelados y barones, condes ilustres, frailes de toda condición, presbíteros, soldados, comerciantes, marineros, habitantes de la ciudad, pescadores, campesinos y labradores, notarios y abogados, tallistas y carpinteros, sastres, zapateros y laneros, artesanos de todos los oficios, reinas, condesas, damas ilustres, matronas, esclavas, muchachas y niñas, vírgenes y ancianas, viudas y monjas... Se trata de un llamamiento con voluntad de no excluir a nadie y de que todos cuantos la oigan o la lean se sientan interpelados, aludidos.

Otórgame tus dones

Otro poema anterior y antiquísimo se compuso hace más de mil doscientos años, en el siglo IX, y se canta desde entonces en todo Occidente. El texto, intenso y meditado, muestra al autor dispuesto a emprender alguna clase de tarea intelectual, o espiritual, y para ello pide la ayuda del poder superior que rige el mundo. El poeta, cuya identidad no conocemos, estima que, si lo pide con hondo fervor, una fuerza sobrenatural y omnímoda en la que firmemente cree se cernirá sobre él e iluminará sus tareas. Es evidente para el lector que el autor se apresta a una tarea dificultosa; presiente que la desarrollará mejor si la fuerza celeste a la que implora está concorde con el propósito y, además de no impedirlo, coopera con quien tan férvidamente la invoca de esta forma que resumo: Espíritu creador –suplica–, ¡visita mi mente!, que es una emanación tuya, concédeme tu favor, pues sé que tú eres mi manantial y el dueño de los dones que pueden vivificarme. Concédeme sabiduría, inteligencia, criterio, fortaleza, ciencia. Yo te venero y temo. No dejes que me distraiga y auxilia a mi cuerpo para que resista la tarea.

Los rituales de las instituciones con historia secular deben sanearse con retoques actualizadores, pero esas reformas no deberían desnaturalizarlos

Preludios históricos

Entre las ceremonias que dan marco a la apertura solemne del curso en la Universidad de Zaragoza han figurado este año ambos poemas. Los cantó finamente la coral ‘Moon River’.

El primer poema está dedicado a Santa María de Montserrat, a cuyo santuario se invita a los seres humanos para que peregrinen (y den limosna), remedio seguro de sus males. Se lee en el ‘Llivre Vermell’ o ‘Libro Rojo’ de ese convento y se titula ‘Stella splendens’, que no hace falta traducir.

El segundo es obra de un refinado escritor del siglo IX, quizá el benedictino alemán Raban (Hraban) Mauro, aunque esto último no es seguro. Los filólogos han estudiado esta composición de la liturgia compuesta en el Renacimiento carolingio. Se cantaba en reuniones conventuales, sínodos y concilios y aún la entonan los cardenales cuando se disponen a decidir quién de entre ellos ha de ser papa. Su significado es obvio: los que se preparan para una tarea que requiere criterio y discernimiento (al menos, en teoría), piden luz a un poder superior capaz de concederla.

En la Universidad de Zaragoza se practica este uso histórico con carácter simbólico, aunque hay talentos que no se han percatado de su literalidad. Por eso aún no han propuesto su supresión en los ceremoniales. Echaron a san Braulio de su conmemoración por ser un santo del catolicismo; en lugar, por ejemplo, de proponer que se celebrase a Braulio de Zaragoza –sin el ‘san’– por ser el primer fundador conocido de lo que hoy llamaríamos estudios superiores en la capital del Ebro. Pero está claro lo que pretenden.

Si su instrucción fuera mayor (solo un poco), habrían reparado en que el ‘Veni, creator Spiritus’ es un colmo de la profesión de fe de los católicos, pues apela a la tercera de las personas de la tríada divina. La cual, según el canon de una creencia discutida desde el siglo IV, "ex Patre Filioque procedit" (la discusión sobre el ‘Filioque’, que es un añadido, originó discusiones y herejías).

En suma: a estos portentos que echan a Braulio por la puerta, se les cuela el Espíritu Santo por la ventana y no se enteran. No hay que alterarse por ello, son meros postureos que merecen poco más que un subrayado sarcástico.

¿Qué sucederá el día que adviertan cuál es la procedencia de las negras togas académicas y de los birretes doctorales? ¿Decretarán rituales en bermudas y con gorra de visera?

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión