Lesmes presiona
El presidente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, ha dado un nuevo paso hacia su posible dimisión y ha encargado un informe sobre quién sería la persona que debería sustituirle. De esta manera, aumenta la presión sobre el PP y el PSOE para que lleven a cabo la renovación del órgano de los jueces que lleva en funciones casi cuatro años. Esta renovación no puede ser supeditada por ninguna fuerza política a sucesivas condiciones que obstaculizan el cumplimiento de unos plazos que vienen marcados por la Constitución. La prolongada situación de interinidad en lo más alto de la judicatura dificulta su normal funcionamiento, proyecta una imagen de arbitrariedad y, además, supone una flagrante vulneración del principio democrático impropia de un país de la Unión Europea.
Ha coincidido el incremento de las presiones de Lesmes para renovar el CGPJ con la apertura en Aragón del Año Judicial, un acto en el que el presidente del TSJA, Manuel Bellido, ha alertado de los «devastadores» efectos de la falta de renovación del CGPJ y ha reclamado más medios porque algunos juzgados sufren una «importante sobrecarga» por el aumento de la litigiosidad. No parece ajena la lentitud del Poder Ejecutivo a la hora de aprovisionar de recursos para que el Poder Judicial lleve a cabo su función a la irresponsable actitud de los grandes partidos a la hora de desbloquear los relevos en el órgano de gobierno de los jueces.
Resolver estas cuestiones es urgente. La función central del Consejo consiste en designar a los jueces de altos tribunales como la Audiencia Nacional. Hoy muchos de esos puestos indispensables para el funcionamiento de la justicia han caducado sin ser renovados. Además, y lo que es aún más grave, la imagen de la Justicia se está deteriorando entre los ciudadanos.
