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Cartas al director de HERALDO: Progresistas frente a conservadores

Opinión
Progresistas frente a conservadores
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Progresistas frente a conservadores

En tiempos corría un chascarrillo que implicaba a un médico que ante sus pacientes terminaba la sesión echando mano a su bolsillo, de donde sacaba una receta a la que añadía una recomendación: que Dios se la depare buena, decía. 

Algo de eso se pretende que pase en el mundo judicial, al que se está clasificando en dos grandes grupos, progresistas vs. conservadores, ofreciendo una imagen despectiva de los jueces, convirtiendo las sentencias en una lotería cuyo premio está adjudicado antes del sorteo en función de quien maneje el bombo lotero: que Dios se la depare buena. La crítica al resultado está garantizada pues siempre será denostada por uno de los dos grupos en que, también, nos han dividido a la sociedad. Por este camino se nos está llevando a la idea de que no hay jueces libres y algo de ello nos viene a la cabeza cuando oímos a los políticos decir que hay que desjudicializar la política. Contribuyen también los medios de comunicación que ya gozan, o sufren, de la misma clasificación. Quizás, ahora que el tema ha adquirido protagonismo, sería un buen momento para que los jueces colectivamente dijeran algo, debatieran, se implicaran en el asunto y nos convencieran a los ciudadanos de que la Justicia es ciega y sostiene equilibrado el fiel de la balanza frente a los platillos con tara. Nos gustaría. Los de a pie asistimos estupefactos a todo este tinglado tendiendo al pesimismo de que no es cosa nuestra y mirando para otro lado. Los jueces representan nuestra libertad, han de tener nuestra confianza, algo que en estos momentos se trata de confundir. No queremos llegar a la pintoresca y desgraciada expresión que aquel ínclito Jesús Gil introdujo en sus barbaridades: "La Justicia es un cachondeo".

Francisco Alós Barduzal. Zaragoza

La fuerza expresiva de Nacho Minguell

Nacho Minguell ha sido un artista toda su vida, hasta las puertas de su muerte. Ya desde pequeño, dibujaba muy bien, siempre rellenando cuadernos, cual Da Vinci, de todo lo que le causaba alguna emoción. Siguió estudios de Arte y comenzó a exponer como aficionado a la pintura ya a los 20 años. También profesionalmente se dedicó a trabajos relacionados con el arte, como el grafismo publicitario y la rotulación. Pero el destino le deparó varias adversidades, entre ellas una enfermedad, la esclerosis múltiple, cruel como tantas otras, pero que él aceptó con su envidiable ‘saber estar’. Ante el infortunio se mostró fuerte y, a pesar de no poder seguir con los pinceles de forma depurada, consiguió trasmitir lo que deseaba gracias a las acuarelas, y a lo que él denominó ‘manchas’. Sus cuadros son propuestas estéticas con gran fuerza expresiva: el mar chocando con una roca, los rizos del agua, la espuma de las olas, el cielo, las nubes, la arena, la tierra… La belleza de estos paisajes, en los que capta los distintos matices de luz y color, impresiona y conmueve, no solo por su técnica innovadora sino por su potencia emocional. Su última exposición de pintura la podemos visitar frente a la Residencia DFA, donde él vivía, y la inauguró quince días antes de fallecer. Las personas que querían a Nacho, que eran muchas, pueden rendirle un homenaje póstumo visitándola antes de final de mes. Y las que no lo conocían pero valoran el arte, así como la fortaleza de las personas que tienen alguna discapacidad, también pueden pasar a verla, no les defraudará: ‘Manchas múltiples’, exposición de Nacho Minguell en Dfabula, en la calle Pomarón de Zaragoza. Muchas gracias.

Pilar Minguell Corman

ZARAGOZA

Más leer y menos ojear

Oye, ¿lo de Ucrania cómo va? ¿Siguen en guerra o se ha acabado ya? Estas son, probablemente, algunas de las preguntas que más he escuchado últimamente. Lo que empezó como una amenaza de la Tercera Guerra Mundial ha derivado en una simple anécdota en las reuniones de comida. Pero este no es un caso aislado. El mundo en el que nos rodeamos devora las noticias sin ni siquiera preguntarse de qué tratan o cuál es su propósito. No somos capaces de terminar un artículo de una página y agradecemos si en la misma aparecen frases en negrita que nos sinteticen la lectura. Lo mismo ocurre con la difunta reina de Inglaterra y sucederá con los acontecimientos venideros. Debemos hacer un ejercicio de reflexión y aprender que la actualidad y lo que nos rodea se lee, no se ojea.

Daniel Martínez Marco

TUDELA (NAVARRA)

La huelga de los autobuses

En HERALDO, bajo el titulo ‘La huelga de los autobuses urbanos’, D. José Luis de Arce expone diferentes consideraciones. Señala que «a fin de cuentas es el ciudadano el verdadero pagano de los paros» y que «la huelga de autobuses urbanos en Zaragoza pone al límite la paciencia de todas las partes afectadas». Respetando el derecho a la huelga, explícitamente reconocido en la Constitución, las dos preguntas que se hace el Sr. de Arce son: ¿Es el comité el único, exclusivo y permanente órgano capaz de disponer de la voluntad del conjunto de los trabajadores?; y ¿no sería conveniente conocer la opinión mayoritaria de los trabajadores? Acertadas consideraciones sobre las que no estaría de más que reflexionase el comité de empresa para tratar de poner fin a este larguísimo conflicto que tanto perjudica al ciudadano que tiene necesidad de hacer uso del autobús urbano.

Joaquín Mañeru López

Zaragoza

La glorieta de Ramón Borobia

Leo con satisfacción la programación de nuevos acontecimientos en el Quiosco de la Música, ubicado en el Parque Grande José Antonio Labordeta, más concretamente en la Glorieta dedicada al músico D. Ramón Borobia Cetina. ¡Qué buena ocasión para incluir su nombre en los anuncios! Y para recordarle al Ayuntamiento que estoy a la espera de la colocación de alguna placa con su nombre.

José Manuel Laborda Borobia. ZARAGOZA

La zona azul

No soy usuario de la zona azul de Zaragoza, pero mis clientes sí. Y le aseguro a la concejal Sra. Chueca que ampliar el horario de pago de las tardes no solucionará el problema de aparcamiento. Aumentará el dinero que se recaudará, eso seguro. Quizás debería obligar a usar la zona azul para lo que se creó: aparcar, hacer tus gestiones y marchar dejando hueco para otro. Y no usarla como un párking para dejar el coche todo el día. Evitaría muchos vehículos en segunda fila, multas, nervios y gasto de gasolina dando vueltas buscando un sitio donde aparcar.

Luis María Langarita Aldea

ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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