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Cartas al director de HERALDO: Una sanidad bajo mínimos

Fachada del Hospital Miguel Servet con el cartel conmemorativo del 50 aniversario de Traumatología y del Hospital Materno Infantil.
Una sanidad bajo mínimos
Aránzazu Navarro.

Una sanidad bajo mínimos

El presidente de Aragón, Sr. Lambán, nos avisa de que la sanidad aragonesa está cerca del colapso, y lamenta que durante el verano se hayan prestado los servicios a medio gas en muchos centros de salud de la Comunidad. 

Estas graves manifestaciones sobre la sostenibilidad y eficiencia del sistema sanitario deben alertar a los ciudadanos de que uno de los pilares fundamentales para la vida de las personas sufre un importante deterioro.

Aunque el detonante de esta situación haya sido la epidemia de la covid-19, no podemos olvidar que, desde hace mucho tiempo, los responsables políticos y sanitarios no han realizado las previsiones necesarias y el esfuerzo económico para tratar de cambiar la situación. Y no veo en las palabras del Sr. Lambán ninguna autocrítica, ni por supuesto tampoco ningún plan para solucionar estos problemas: 1.- Hace mucho tiempo que denuncié, en una carta anterior, la marcha de muchos médicos y enfermeras a otras comunidades, que les ofrecen mejores sueldos y contratos (tengo varios ejemplos en mi familia). 2.- Los políticos ofrecieron una sanidad universal y gratuita para todos los que vengan a España. Eso queda muy bonito socialmente, pero no es sostenible si no va acompañado de un aumento de las plazas hospitalarias y de más profesionales. 3.- La atención primaria en los centros de salud (a pesar del esfuerzo de los médicos y de las enfermeras) es muy deficiente y las listas de espera para cualquier especialidad son indignantes y perjudican la salud del ciudadano. Y la situación empeora día a día. ¿Qué piensa hacer el Sr. Lambán para resolverlo? Eso es lo que debería explicar a los aragoneses.

José Martín Escudero. ZARAGOZA

Canta, compañero, canta

Zaragoza vivió este fin de semana una fiesta del deporte. Ganó el Real Zaragoza contra el Sporting de Gijón; corrimos diez kilómetros, en casa y con un José Antonio Labordeta enorme en la Torre del Agua, le dimos una rosca a la expo. Da gusto cuando miríadas de personas sienten lo mismo, andan el mismo camino y por unas horas, o dos jornadas laten con un mismo corazón. Ojalá dos años después de la pandemia el espíritu deportivo de los zaragozanos inunde todas las esferas y nos una más.

Carlos Piqueras Cascante. ZARAGOZA

Viene el otoño

Siempre apareces cada año como una gran dama lírica y no te has ido nunca, esperando tu turno. Me das el tiempo necesario para acompañarme como un mito en las noches de tu estreno y recibes mi cariño de tres meses. Me cuidas con la chaqueta para no tener frío o el chubasquero por si, por fin, llueve. Eres como la ‘vedette’ mas conocida en la caída de la hoja, color tierra, renovación y vida en las ramas, que son tus voces. Ya han vuelto muchos al trabajo en septiembre, los que lo tienen; y los que no, van a ir a buscarlo. Oigo a los niños por la calle ir a la escuela, algunos estrenan mochila, uniforme, bata, zapatos... Estrenan a su querida ‘seño’, comienza una ilusión especial. Abrir un nuevo diario como cuaderno intimo en el curso y recibir un aprendizaje lúdico siempre es un gozo. También otoño es tiempo de vendimia. Algunos se han adelantado por la transformación del clima. A otros, la sequía y los incendios estivales los han hundido y sacan fuerzas de flaqueza. Siguen todos ellos con el empeño de reinventarse ante la adversidad. Todas las ayudas son pocas cuando falta lo necesario. Miremos a este otoño con la cabeza alta para divisar nuestros problemas y las leyes que el Gobierno nos impone desde su atalaya. No nos cansaremos de ‘resistir’, como la canción dicta. Aunque, a veces, nos vengan mal dadas y nos tengamos que apretar el cinturón. El otoño, ese teatro de la vida que nos ha dejado escrito Shakespeare, con algunas heridas abiertas, está hoy aquí. Intentaremos coser sus espacios rotos para que el revelado sueño del otoño sea real.

Menchu Gil Ciria. ZARAGOZA

Paridad con el dólar

A mediados de julio se produjo, por primera vez en veinte años, el insólito caso de que la moneda europea del euro se depreciara hasta alcanzar la paridad con el billete estadounidense del dólar. Salta a la vista que nuestro viejo continente, primero, ha tenido que pagar desde entonces más dinero para comprar a Estados Unidos la casi mitad de los productos importados y facturados en dólares, que se volvieron más caros. Y segundo, ya se venía pagando más por ciertas materias primas como la del petróleo y la del gas, por la escalada de precios iniciada en febrero último a raíz del inicio de la guerra en Ucrania. Ante la presente depreciación del euro y, al mismo tiempo, aceleración de la temida inflación, no solo los más prestigiosos economistas han aconsejado potenciar al máximo las exportaciones, sino que el mismo Banco Central Europeo (BCE) está sopesando la posibilidad de seguir subiendo las actuales tasas de interés. Y es que bien podría hacerse uso en el presente caso de la popularizada expresión de nuestro sabio refranero que reza "doctores tiene la Santa Madre Iglesia", aplicada a cuando no tenemos una opinión formada y nos basamos en otros expertos para cuestiones difíciles de explicar.

Álex Sánchez Ramos. Zaragoza

Extrañas diversiones

El toro es marca España, pero no se le protege sino que se le maltrata en fiestas populares y se le mata en los ruedos. El Gobierno solicita a la Fiscalía que paralice el torneo del Toro de la Vega, que tiene lugar en Tordesillas (Valladolid). La diversión del personal consiste en que unos mozos ávidos de sangre acosen y claven arponcillos con punzones en un toro, ahora que se ha prohibido su muerte en público. Para ellos debe de ser una prueba de valentía, pero en realidad es una barbaridad propia de salvajes. Mi capacidad de comprensión y empatía no puede admitir que alguien se divierta de este modo. Tampoco entiendo la afición a correr delante de los toros, amarrarlos o atarles antorchas en los cuernos. En otro orden de cosas, no entiendo que la gente se divierta embadurnándose de tomates en la denominada Tomatina de Buñol, que se celebra el último miércoles del mes de agosto desde el año 1945, y declarada hace veinte años Fiesta de Interés Turístico Internacional. Es asombroso que tirarse tomatazos unos a otros y desperdiciar toneladas de tomates sea considerado una gran diversión. Cada uno elige cómo se divierte, pero hay diversiones irracionales.

Martina Pellejero Cuéllar. Zaragoza

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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