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Cartas al director de HERALDO: No hay consensos, ni en Chile ni en España

Los partidarios del 'Rechazo' celebran su victoria.
Los partidarios del 'Rechazo' celebran su victoria.
Rodrigo Garrido/Reuters

No hay consensos, ni en Chile ni en España

Los chilenos han votado. 

Y la mayoría, casi un 62%, ha rechazado la nueva Constitución, a pesar de haber votado casi el 75% en 2020 por una nueva Carta Magna. El problema radica en que esta propuesta a los chilenos no fue consensuada con el centro derecha. El presidente chileno izquierdista Gabriel Boric, fue elegido hace casi cinco meses, y este rechazo de los chilenos es un duro golpe, al caerse el índice de aprobación de su gestión. Corren tiempos de consensos y negociación. Pero la clase política se niega a realizar este trabajo que conlleva esfuerzos y cesiones, entre las fuerzas políticas ideológicamente antagonistas. En España, acontece lo mismo. Tal vez, si el diálogo y el consenso hubiesen existido en nuestro país, tendríamos menos problemas, avanzando en transformaciones que van a ser necesarias; educación digital, reforma sanitaria, problemas en jóvenes y en natalidad, vivienda, etc. Chile y España son dos países donde el voto está bastante dividido por igual entre derecha e izquierda. Hoy, las demandas sociales precisan de este diálogo, que en España lo tuvimos con los padres de la Constitución de 1978, siendo más fácil la aprobación por parte de los ciudadanos. Tal vez, los políticos deberían aprender de aquellos políticos sabedores de que solo el diálogo y el consenso iban a permitir a nuestro país iniciar la senda de la democracia y a propiciar avances como la incorporación a la entonces CEE (hoy UE). La clase política, no quiere aprender de la historia, al pensar que ellos no van a cometer los errores de sus antecesores. Lo mismo que lo sucedido en las distintas burbujas financieras, inmobiliarias, criptomonedas, etc.

Pedro Marín Usón. Zaragoza

Efeméride estatutaria y poca efectividad

Aragón celebra este año el cuadragésimo aniversario de su Estatuto de Autonomía. Nos dicen que se celebra con discreción, pero otorgando a la efeméride la relevancia que le corresponde en una tierra ‘apegada’ históricamente a las leyes y las instituciones que la identifican. Y que, además, dicho Estatuto ha dado lugar a cuatro exitosas décadas de autogobierno y de trabajo en común que han permitido que la región viva la época de mayor desarrollo social de su historia. Mucha pompa y circunstancia y mucha declaración programática muy efectista pero poco efectiva. Está muy bien esto de contar con un Estatuto, que además engarza a la perfección en el engranaje y armazón jurídicos constitucionales, pero el engranaje está lleno de aristas que deben gestionarse. Como muestra, un botón, y no es la primera vez que (gracias a HERALDO) se ha puesto de manifiesto que, a día de hoy, Aragón carece de juzgados competentes en materia de propiedad industrial. Ello significa que si usted –aragonés– estima que otro paisano suyo ha infringido sus derechos de propiedad industrial, no podrá impetrar el auxilio judicial en su tierra, sino fuera de ella; y que si otro compatriota suyo estima que usted ha infringido sus derechos podrá demandarle, pero siempre fuera de su tierra. ¿Es esto autogobierno?, ¿es esto desarrollo social? Permítanme que lo dude. Nadie de nuestro querido autogobierno ha movido un dedo para alterar la situación o si lo ha movido, no ha sido escuchado. La situación es mantenida por el Consejo General del Poder Judicial desde 2016 y reafirmada en 2018, dado que se informó desfavorablemente respecto de la atribución a los juzgados de las CC. AA. de Aragón, Principado de Asturias, Illes Balears, Cantabria, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Extremadura, Región de Murcia, Navarra y La Rioja, del conocimiento de las materias y litigios de propiedad industrial. Dicha situación genera ciudadanos de primera y de segunda, dependiendo de su ubicación. Y todos tan contentos, celebrando el cuadragésimo aniversario de nuestro Estatuto. Así nos luce el pelo. ¿Haremos algo?

Diego-León Guallart Ardanuy. Zaragoza

Agradecimiento

Quiero agradecer a todos los médicos que hasta ahora han atendido a mi madre y su hermana, a todos los trabajadores sociales, a especialistas que las han tratado y que, con su profesionalidad y empatía, han llegado a hacer que yo me sintiera mejor por el trato hacia ellas recibido. Han sabido ver, desde lo más profundo, todos los problemas físicos, mentales, materiales y familiares durante el proceso de sus enfermedades y de las situaciones en las que nos seguimos encontrando. La edad pasa para todos y unos llegan mejor que otros a la vejez. También quiero hacer hincapié en la tardanza de las revisiones de la dependencia por parte del IASS. A mi padre lo valoraron, pero creo que no todo lo bien que debían; al poco menos del año... falleció. No dio tiempo ni a la revisión anual, a la que se tiene derecho si la solicitas. No podía andar solo y, por la noche, se cayó al querer levantarse. Aun así, puedo sentirme agradecida por lo rápido que tramitaron la residencia para asistir a mi madre. Estoy muy contenta por ello, está bien atendida. A veces las instituciones se ven desbordadas. ¿Qué pueden hacer para darle solución?

Nuria Marruedo López. Zaragoza

Cervantes y los Lanuza

Llama la atención lo poco conocido y comentado que es el hecho, narrado y documentado por Astrana Marín –y omitido por Canavaggio, Muñoz Machado y demás cervantistas–, de que Miguel de Cervantes y su hermano Rodrigo coincidieron con don Juan de Lanuza durante su cautiverio en Argel. Don Juan era por entonces un joven de 14 años, hijo del Justicia de Aragón del mismo nombre, que sucedería a su padre en 1591, tres meses antes de ser decapitado por orden de Felipe II. Sabemos así que Miguel hubiera debido regresar a España, en 1577, en la misma galera de rescate que don Juan, si no fuera porque, como es bien sabido, Dalí Mamí aumentó el precio de 300 a 500 ducados de oro, lo que provocó que Miguel renunciara a su liberación en favor de su hermano. Podemos imaginar el ambiente de fraternidad y amistad entre los 106 rescatados, incluidos Rodrigo y Don Juan, durante esa travesía de cinco días hasta Jávea y los tres días siguientes en Valencia hasta su separación. Mucho más conocido es que la sobrina de Cervantes, Constanza de Ovando, fue durante cinco años amante del hermano de don Juan, don Pedro de Lanuza, que la abandonó en 1596 mediante una indemnización de 1400 ducados por incumplimiento de su promesa de matrimonio. Ante este hecho, surge la pregunta: ¿cómo conoció don Pedro a Constanza cuando ella vivía en la casa de Cervantes? A pesar de que no se conozcan documentos que lo acrediten, podemos pensar que había habido contactos entre las familias Lanuza y Cervantes, tal vez por la antigua relación entre Rodrigo y don Juan o a raíz de las representaciones teatrales de ‘El trato de Argel’.

Miguel Ángel Blasco López. Zaragoza

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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