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Cartas al director de HERALDO: José Luis Lasala y la exposición en Capitanía

Los artistas de mi mundo. José Luis Lasala.
José Luis Lasala, ante una obra de 'La memoria rota' en Huesca.
Javier Blasco.

José Luis Lasala y la exposición en Capitanía

Conocí a José Luis hace unos 20 años. 

Por aquella época, en la Comandancia Militar de Zaragoza estudiábamos las posibilidades de abrir al público el Palacio de Capitanía con un doble objetivo: utilizarlo para manifestaciones culturales y, sobre todo, para que los aragoneses, al recorrer sus estancias más nobles, comenzaran a considerarlo como parte de su patrimonio, tal vez hasta esas fechas algo vedado al público por cuestiones de seguridad. Después de estudiar diversas propuestas, nos decidimos por organizar una Muestra de Pintores Militares Aragoneses. A tal fin, me puse en contacto con Manuel Pizarro, presidente de Ibercaja, que nos ofreció toda su colaboración y sugirió también el nombre de la persona que nos iba a ayudar: José Luis Lasala, miembro de la Obra Cultural de la entidad. La elección no pudo ser más acertada, pues nosotros, profanos en la materia, solamente podíamos aportar las instalaciones del Palacio y nuestra buena voluntad, mientras que José Luis poseía ya una dilatada experiencia en la organización de muestras pictóricas. Él se encargó de la mayor parte de los trabajos: sugerir los miembros de la comisión organizadora, preparar las bases para la selección de las obras, edición del correspondiente catálogo, etc. Nuestras reuniones se desarrollaron siempre en un ambiente de plena cordialidad, y de una gran eficacia por su parte, hasta culminar en la inauguración de la exposición el 22 de mayo de 2003, que fue visitada por varios miles de personas. Ahora que con toda seguridad estará preparando otra exposición en las alturas celestiales, o tal vez trabajando en el boceto de algún nuevo lienzo, quiero dejar constancia de nuestro sincero reconocimiento por la colaboración prestada a la Comandancia Militar de Zaragoza hace unos años.

Alfredo Ezquerro Solana. ZARAGOZA

El egoísta en el bar

A sus sesenta y tantos, llega al bar a tomar el vermú sobre las doce y media, pues ayer fue a la una y era ya demasiado tarde. Hoy sí que parece que, como tantas otras veces, se cumplirán sus planes. Arrambla con dos de los tres periódicos que tiene el bar (a esa hora suele conseguir los tres) y, pertrechado con un bolígrafo y un móvil, se hace fuerte en una mesa de seis, aunque va solo. Desde allí grita que le traigan –si se levanta el a pedir, le pueden quitar algún periódico– el vermú: un penalti que cuesta 0,95 €, no sé si a esto se le puede llamar vermú. Desde su parapeto ojea brevemente las noticias, pero no suelta los periódicos, tiene que hacer todavía el sudoku, el autodefinido y el crucigrama y, claro, atendiendo entre medias a los interminables mensajes del móvil. Así que, sobre las dos (¡cómo pasa el tiempo!), satisfecho, se levanta a orinar y se orina fuera. Por supuesto, no tira de la cadena. Antes de irse, se lleva una buena parte del papel higiénico, cinco palillos y los cambios de 20 €, con los que ha pagado los 0,95€, sin perdonar siquiera los cinco céntimos. Sale del bar pensando: qué bien que ya tengo cambios, qué vergüenza que en el bar ya no pongan unos míseros cacahuetes y qué vergüenza que en la pandemia quitaran los periódicos de los bares. El problema no es que exista en Zaragoza un personaje así de egoísta y maleducado. El problema es que son legión.

Francisco José Ruiz Blasco. ZARAGOZA

Un poco de meditación

El silencio y los aromas de las flores y del incienso penetraban en los sentidos. La foto de una mujer llamada Madre, flanqueada por un par de velas encendidas, presidía una especie de altar. Varias personas se agrupaban en una sala alfombrada, sentadas en el suelo, en posición de loto, con las palmas de las manos abiertas hacia arriba, sobre las rodillas. El maestro dirigía la meditación, acompañado por una música relajante. Unas respiraciones profundas indicaban el inicio. Sus palabras eran armoniosas mientras colocaba su mano derecha sobre los siete chakras del cuerpo. Con los ojos cerrados se cantaba a unas deidades que yo no llegaba a comprender, frente a la foto de Madre, de nombre Shri Mataji Nirmala Devi, nacida en India, que fue estudiosa de las cualidades más profundas del ser humano. La meditación duraba una hora. La introspección durante la ceremonia procuraba un profundo sentimiento de felicidad. El maestro indicaba la finalización de la meditación y poco a poco se salía del silencio, dando las gracias con una reverencia a Madre. Las personas reunidas en la sala nos saludábamos y conversábamos durante unos minutos. Comenté que si se iniciara en la meditación a los niños en el colegio diez minutos al inicio del día rendirían mucho más y estarían mejor formados como personas.

Pilar Valero Capilla. ZARAGOZA

Festival en la playa

Estoy muy de acuerdo con D. Javier Fatás y su carta sobre Comarruga publicada el 25 de agosto, y quisiera añadir alguna cosa. El festival del que habla y que duraba hasta más de las 6 de la mañana, no estuvo ubicado exactamente en la playa de Comarruga sino en su continuación, que es la playa de San Salvador (mucho más tranquila que la anterior, con apenas un par de restaurantes y un camping). Pero le aseguro que los vecinos pagamos los mismos impuestos que los demás aun con menos servicios (nada de centro médico, por ejemplo). Pues bien, aquí tuvo a bien el Ayuntamiento de El Vendrell (se olvidó ya del chorlitejo patinegro, la pela es la pela) que se instalara el festival a pocos metros de viviendas habitadas. Lo sufrimos durante cuatro largos días, noches sobre todo, pero eso no era todo: vaciaron una hermosa plaza donde aparcar, varios días antes y después del evento. Allí dejaron los váteres portátiles llenos unos cuantos días más después de finalizado y no se podía pasar so pena de morir intoxicados, además de no haber limpiado la playa de colillas y botellas... Y dicen que el festival ha firmado ¡por tres años! Por favor, avisen con tiempo para no volver a nuestra casa esos días o llévenlo cerca de casa del alcalde de El Vendrell, que estará tan encantado como muchos de sus convecinos de San Salvador y Comarruga. Por cierto, este verano ni agua en las duchas ni servicio de toldos, pero pagar, lo mismo...

M. Elena Meseguer Ruiz. ZARAGOZA

Fumando sin recato

Días pasado un lector relataba en esta sección un incidente con conductores de patinetes que insultaron y amenazaron a una señora y a él mismo. El mismo caso se da con la prohibición de fumar en terrazas de bares y cafeterías. Adultos bien adultos, incluso esos viejecitos que tanta lástima inspiraban en la pandemia, fuman sin recato en las terrazas e insultan y agreden a quienes les afean su conducta incívica. Todo ello con total impunidad ante la falta de control de la autoridad municipal.

Fernando Barrachina Celma. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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