Petróleo a la baja
El petróleo ha vuelto al precio anterior a la invasión de Ucrania. Esta bajada se deja notar muy levemente al repostar en las gasolineras. Lo cierto es que el coste medio de los carburantes ha sumado su séptima semana consecutiva de caídas y acumula un abaratamiento superior al 12% desde junio, cuando cortó la tendencia alcista en que estaba inmerso desde principios de año. Esta moderación en los precios puede reflejarse en el dato de inflación, como ha ocurrido en EE. UU. La gran duda está en si esta inflexión se mantendrá en los próximos meses. España, la UE y el G-20 tienen que seguir aplicando medidas para frenar la inflación, el principal enemigo de la economía porque empobrece a toda la sociedad.
La Unión Europea ha sabido responder de forma rápida y conjunta a los desafíos energéticos derivados de la invasión de Ucrania, pero su cohesión volverá a ser puesta a prueba este invierno. Por eso son tan relevantes las medidas de ahorro que se empiezan a aplicar en algunos países, como España. El objetivo es aumentar la autosuficiencia energética. En esta línea, el canciller Scholz ha urgido a construir un gasoducto desde la península ibérica que abastezca Alemania de forma «masiva». Al reducir la dependencia del gas ruso, el gasoducto contribuiría a paliar la crisis energética al tiempo que sería un paso más en la integración europea.
La bajada en estas últimas semanas de los precios del ‘oro negro’ es un alivio que resulta muy valioso en estos momentos de galopante inflación. Responde a que Estados Unidos y otros países han sacado al mercado una parte de sus reservas estratégicas, a cierto debilitamiento de la demanda en China y a las malas perspectivas económicas globales. No obstante, no hay que confiar en esta tendencia. Los grandes productores como Arabia Saudita tienen otros intereses antes que ayudar a Occidente a controlar su IPC.
