Por
  • José María Serrano Sanz

Estado de la economía

Las perspectivas de la economía española son preocupantes.
Las perspectivas de la economía española son preocupantes.
Europa Press

Tres rasgos caracterizan la situación de la economía española en este verano de 2022, según el horizonte temporal con el que se contemple.

 En el muy corto plazo, cierta esperanza proporcionada por una leve mejoría de la actividad y el empleo en el segundo y tercer trimestres, como resultado de la vuelta de la presencialidad y la recuperación del turismo. Cuando se piensa en el otoño crece la inquietud por la crisis energética, la inflación, las luchas distributivas y la política monetaria del Banco Central Europeo, el estancamiento en la Unión y la gestión nacional de los fondos europeos. Como escenario permanente, más allá de plazos concretos, sigue siendo profundamente preocupante la carencia de una estrategia seria de política económica, que incluya el equilibrio progresivo, y sin ocurrencias, de las finanzas públicas.

Una vez pasado el verano, la economía española -que aún no ha recuperado la renta de 2019, como han hecho sus socios de la Eurozona, no se olvide- se enfrentará a los nuevos problemas, con un menor margen de maniobra por la acumulación de errores cometidos, la crisis energética y el endurecimiento de la política monetaria. Se verá entonces que la de 2020-21 no era una crisis económica de verdad, sino una emergencia sanitaria que golpeaba a la economía, por eso parecía estar a punto de desvanecerse tras el control, siquiera precario, de la pandemia. La nueva no será tan fácil de gestionar.

José María Serrano Sanz es académico de Ciencias Morales y Políticas y catedrático de Economía (Unizar)

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