Director de HERALDO DE ARAGÓN

Al descubierto

Vista de los Pirineos.
Vista de los Pirineos.
Fernando Paúles / HERALDO

El relato ha cambiado. Se ha producido un giro brusco en la asignación de las responsabilidades que ha servido para descubrir la verdad, al menos una parte muy importante, y que, conscientemente, se había ocultado.

El acuerdo previo del Comité Olímpico Español (COE) con el independentismo catalán para la formalización de la candidatura a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 y el amargo papel de comparsa que se había asignado a Aragón confirman una actitud despreciativa en un proyecto calificado de Estado. Las informaciones periodísticas que han revelado las conversaciones entre varios representantes del secesionismo, entre ellos el expresidente de la Generalitat Artur Mas, y el presidente del COE, Alejandro Blanco, obligan a una larga y exhaustiva explicación que no se resuelve con una apresurada nota de prensa. El COE, que debía mantener una neutralidad que había de convertirse en garantía para la igualdad de oportunidades, se ha descubierto inmerso en un informe de la Guardia Civil donde se relata una larga relación de detalles desasosegantes.

Pocos dudaban de que la Generalitat buscaba con esta cita olímpica una oportunidad para desplegar sus intereses políticos, pero lo que verdaderamente ha sorprendido es que todo fuera tan sumamente grosero, tan claramente reforzado por ese punto de superioridad que permite que alguno de los interlocutores llegase a despreciar con un sonoro «ni puto caso» aquello que afectaba a Zaragoza.

Como resumió el presidente Javier Lambán: todo ha sido una farsa. Una enorme falsedad en la que el independentismo buscó el concurso sumiso de Aragón para ocultar sus verdaderas intenciones y en la que el COE y el Gobierno jugaron con abierto protagonismo a la confusión y el equívoco.

Con el fracaso de la candidatura, una opción que no entraba en los planes iniciales, se desató un ataque contra Aragón que, como pieza supuestamente más débil, buscaba causar un daño político. Las filtraciones de las grabaciones de los audios de las reuniones de los técnicos, descontextualizadas y convertidas en un ejemplo de evidente deslealtad por parte del COE, las descalificaciones y hasta la presión ejercida desde el Gobierno, respondían a la rabia de saberse ante un proyecto fallido que no solo aparcaba un reto deportivo sino el acuerdo previamente alcanzado con la Generalitat.

La progresiva recuperación de la normalidad es uno de los grandes objetivos que hoy tiene el presidente Lambán. Aparte de la fractura abierta con Cataluña, urge retomar la relación con el Gobierno central. El malestar expresado desde el Ejecutivo de Sánchez con Lambán, además de injusto, supone un riesgo para los intereses de Aragón que habrá que gestionar. Los cruces de declaraciones de estos días han hecho que muchos de los puentes que se descubrían tambaleantes hayan terminado por fracturarse, fijando un distanciamiento que debería corregirse después de que haya quedado patente que el Gobierno inclinó la balanza en beneficio de Cataluña.

Liberados del peso de la falta de equidad que implicaba este proyecto, Aragón tiene ante sí la oportunidad de construir una nueva candidatura que se defina sin ningún tipo de restricción como un proyecto de España. Liderar esa iniciativa es, sin duda alguna, el gran desafío de la Comunidad para 2034.

miturbe@heraldo.es

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