Ocho años de reinado
Los primeros ocho años del reinado de Felipe VI no han sido fáciles, ni para España ni para el Rey en el aspecto personal y familiar.
Una sucesión de crisis, económicas, políticas, sanitarias e internacionales, han puesto a prueba a la sociedad española. Pero en medio de un escenario problemático y a veces convulso, don Felipe ha aportado estabilidad y confianza, cumpliendo su compromiso de ejemplaridad y cercanía, defendiendo el orden constitucional y apostando siempre por la unidad como mejor garantía para el progreso de España.
Hoy hace ocho años que don Felipe juró su cargo y fue proclamado rey ante las Cortes Generales, abriendo una nueva etapa en la institución de la Corona, que representa una clave principal del edificio constitucional. La monarquía parlamentaria, que ha garantizado a España más de cuatro decenios de libertades democráticas y su plena integración en Europa, se renovaba con el compromiso del nuevo Rey de ejercer sus altas funciones desde la ejemparidad, el equilibrio entre las instituciones y la proximidad a los ciudadanos. Felipe VI ha caminado junto a los españoles en un periodo difícil, aportando siempre sensatez y esperanza. Y ha procurado subrayar el valor de la Corona, separándose, con esfuerzo personal, de ciertas conductas privadas de su padre. Supo el Rey hacer frente, en octubre de 2017, en una intervención decisiva ante la intentona separatista en Cataluña, a una grave amenaza contra la convivencia democrática, afirmando su inflexible defensa de la Constitución, de la unidad de España y de los derechos de todos los españoles. Don Felipe ha puesto las bases de un reinado durante el cual los españoles, trabajando juntos, deberíamos ser capaces de superar las dificultades, modernizar muchos aspectos de nuestra sociedad y continuar por la senda de la prosperidad. Ese es el mensaje de unidad y de confianza en un gran país que transmite un Rey que se ha ganado el respeto y el aprecio de la ciudadanía.
