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  • Cartas al Director

"La complicada atención a los mayores dependientes"

El de los mayores, un colectivo desprotegido
El de los mayores, un colectivo desprotegido.
Maite Fernández / HERALDO

El cuidado de la salud se ha atendido a lo largo de la historia, aunque no todos tuvieron las mismas posibilidades: la economía del enfermo acompañaba los resultados positivos. Afortunadamente, en los tiempos actuales se ha conseguido un nivel aceptable de calidad, en los países desarrollados, que se traduce en el paulatino aumento de la esperanza de vida. La gestión sanitaria suele asumirse por la Administración, como es nuestro caso, lo que iguala a los ciudadanos con independencia de sus posibilidades monetarias. No es oro todo lo que reluce, como la tardanza en las consultas, pero no cabe duda de que hemos mejorado notablemente. Por contra, todo esto ha generado un aumento de un sector de la población, los más viejos, que está requiriendo atención continua como consecuencia de la degradación física paulatina, algo que antes no sucedía pues no se vivía tanto tiempo. Crece así un deterioro de la calidad de vida en dicho sector que se aprecia en la calle por los artilugios que proliferan: sillas de ruedas, apoyos móviles y elementos similares. La Administración no está contrarrestando unas circunstancias que la superan. En estos tiempos tan robotizados no se puede recurrir a ningún sistema que mecanice la atención personal : sólo otra persona puede hacerlo. Se abre por tanto una época de amplia solidaridad humanitaria y apoyo mutuo que habrá que saber componer. Algo ya existe pero es previsible que el problema alcance una dimensión que nos desborde. Nuestros gobernantes tendrán que ponerse las pilas: hasta ahora solo han adoptado acuerdos radicales de finalidad. Algo más podrían hacer. Están muy preocupados con que todo trabajador cotice a la Seguridad Social, vale. Pero no estaría de más que el costo de cuidados a mayores y enfermos se considerara un gasto descontable en la renta familiar.

Francisco Alós Barduzal

 ZARAGOZA

La Romareda en la Romareda

Hace bastantes años vivimos una disputa muy enconada entre los partidarios de las distintas soluciones para la nueva Romareda. Se sucedieron entonces pasión y berrinches. Cabía suponer que en esta ocasión las aguas bajarían algo más tranquilas, dando por entendido que el debate de entonces habría servido para algo. Y así ha sido. Se observa que las conclusiones en esta ocasión no son muy diferentes, pero sí que son compartidas más mayoritariamente. Parece que triunfa con más claridad el factor humano, los intereses del socio mayoritario de a pie, el valor sentimental, su acceso al campo... Por el contrario, las otras opciones, que ponen el acento en un proyecto más ambicioso y completo, obtienen respaldos menores. Hay que tener en cuenta que raras veces el estadio actual se llena a tope, lo cual significa que estamos cerca de sus límites. Tampoco aparece como en otros tiempos el uso del solar como contrapartida urbanística, como ocurrió la otra vez, lo que suele dar pábulo a implicaciones especulativas. Además, por lo leído y oído, también ha perdido enteros la oposición por los atascos producidos por el tráfico asistente a los partidos. Su explicación puede residir en la relativa capacidad de evacuación en las condiciones actuales. Y puesto que los vientos soplan como soplan, por favor, roguemos a unos y otros para que no pongan más palos en las ruedas de nuestro sufrido y querido club.

José Luis Cabez Marco

ZARAGOZA

Los milagros existen

Recientemente un lector ha escrito acerca de lo inexplicable que resulta la cuadratura del círculo respecto a los últimos triunfos del Real Madrid. Es cierto que los milagros divinos existen, analizados, evidentemente, desde un punto de vista estrictamente religioso. Tan cierto como que existen otros ¿milagros? humanos, que acaso podrían tener credibilidad si se pudieran explicar desde la razón. Pero cuando los mal llamados milagros humanos ni siquiera la razón es capaz de argumentarlos, nos encontramos ante algo que bien podría calificarse de sinsentido. Todo ello viene a cuento con lo sucedido en la reciente Champions League. El Real Madrid, el equipo más laureado en dicha competición, ha vuelto a ganarla. Hasta ahí, nada milagroso, pero al intentar analizar esta edición desde la imparcialidad de los hechos, que todos los aficionados pudimos contemplar a través de la ‘caja tonta’, observamos que todos sus rivales, que no eran precisamente nuevos en estos lances, les superaron en juego y velocidad, y lo más importante, en remates a puerta. La lógica, que en el fútbol pasa a un segundo plano en muchas ocasiones, nos dice que el Real Madrid debería haber sido eliminado hace unos cuantos meses. Sin embargo, a pesar de los pesares, eliminó a todos ellos y le ganó la final al Liverpool, repitiéndose el sinsentido. Es verdad que en todos los partidos el portero madridista fue elegido la figura del encuentro, aunque como dice un amigo mío para eso le ficharon. La Iglesia determina que para ser santo se requiere la aprobación de un segundo milagro, realizado después de su beatificación. Con el debido respeto, el Real Madrid hizo tres milagros humanos más el del partido de la final. Si alguien me lo puede explicar y razonar, espero su respuesta.

José María Pérez Portillo

Zaragoza

Dos premios Nobel

Patrick Modiano es un joyero literario que nos ha regalado auténticas joyas narrativas. Acaba de publicar la última, ‘Tinta simpática’, un auténtico tesoro. La tinta simpática es una tinta incolora que al utilizarla se oscurece con la acción de cierta sustancia: así se va creando nuestra memoria. El libro empieza con una cita de Maurice Blanchot , «quien quiera recordar debe ponerse en manos del olvido, de ese riesgo que es el olvido absoluto y de esa hermosa casualidad en que se convierte entonces el recuerdo». A partir de esta cita surge el desarrollo del libro. Mientras lo lees repasas también tu pasado y me sale la sesión matinal de los Multicines Buñuel, y ese es el vínculo con mi pasado, un vínculo del que también escucho hablar a otras personas. El libro va reconstruyendo el pasado de los protagonistas, y tu pasado lleno de lagunas, lleno de olvido que una conversación y unas fotografías te hacen recordar: la sonrisa en la biblioteca, el beso en Versalles, el primer paseo cogidos de la mano... y París, siempre París. Tengo una amiga que recorrió Portugal siguiendo los pasos de José Saramago, yo recorro París de la mano de Modiano. Se vive el presente, pero nos alimenta el pasado, «y él ¿la había reconocido?, no tenía ni idea, mañana sería ella la primera en hablar, se lo explicaré todo». Otro Nobel que también acaba de publicar es Peter Handke, con ‘La segunda espada’, donde nos muestra la plasticidad de su lenguaje. Siempre en viaje, Handke exhibe su debilidad por los perdedores y narra la intención de una venganza que acaba con una fiesta. Modiano, Handke, dos enormes premios Nobel.

José Vicente Domeque Goya

ZARAGOZA

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