Cinco días

[[[HA ARCHIVO]]] Id: 1999-173810 Fecha: 25/10/1999 Propietario: EFE AGENCIA Autor: EFE AGENCIA descri: BADAJOZ: LOS ACTORES JUAN DIEGO, JORDI DAUDER Y CLARA SANCHIS (DE IZDA. A DRCHA.) PROTAGONISTAS DE LA OBRA EL LECTOR POR HORAS, DE JOSE SANCHIS SINISTERRA, QUE SE OFRECE AL PUBLICO DENTRO DE LA XXII EDICION DEL FESTIVAL INTERNACIONAL DE TEATRO Y DANZA CONTEMPORANEOS. EFE/FLORES.
Cinco días.
Agencias

Volví con E. al teatro. 

Sin mascarilla. Fue una alegría. Últimamente hay muchas cosas alegres por lo marciano de la cotidianidad. También se casó mi hermana en una boda bonita y calurosa en el zaragozano Palacio de Larrinaga y todo el mundo bailó y se besó; y se preocupó más por una cerveza fresca que por los contagios. Yo me siento orgulloso de estar desescalando de las medidas profilácticas sin esfuerzo: recupero el ser social que fui con escaso trauma tras las necesarias precauciones y vacunas por dos años de pandemia. Veía a mi cuñado y a mi hermana a hombros, en la discoteca, como si aquello fuera la boda de Farruquito; me parecía una broma de buen gusto que la vida me hubiera devuelto a las preocupaciones de 2019. No se me escapaba, como si Fernando Simón me hubiera poseído, que habría que analizar los resultados epidemiológicos de la boda a cinco días vista. Curva plana, por fortuna. Y el traje, al tinte, claro.

Con los calores se agradece un verano sin mascarilla. Como dice una amiga, me da lo que me quita: "Me provoca granos en la cara y me los tapa". Así, el abandono del síndrome de Estocolmo se convierte en un tratamiento feliz de rutinas ociosas bombardeado por una ola de calor para un mayo y junio que, como si estuvieran hartos, exploran también los rigores del verano, adelantando acontecimientos para un tiempo que se desplaza con prisa a los días normales. En esas caminábamos hacia el teatro esquivando gente en ese nuevo deporte técnico que es para mí andar con sandalias por el suelo empedrado del casco antiguo que a mi padre le rompía las casetes del Renault 11 y a mí me hace tropezar. Una ruta que E. y yo concluimos cuando llegamos al teatro donde Javier Cámara representaba ‘Los farsantes’. La gente tosía en el teatro. Alergias, covid-19, catarros… no sé. En España se tose mucho y en el teatro más. Así que mientras Cámara tenía que repetir frases ocultas por toses, yo arañaba con las uñas mi butaca por los nervios del empeño en desescalar, de vivir sin mascarilla. Espero ahora en cada intentona esos cinco días para ver si me he contagiado, si mereció la pena volver a ser. La vida pospandémica es un plazo posterior, prudente, de riesgo por el empeño de retomar la normalidad. Un precio a la vida que algo araña en mí, más preciada, menos culpable.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión