El Comité Olímpico Español (COE) da por rotas las negociaciones con los representantes de Aragón y Cataluña para presentar una candidatura olímpica conjunta.

 Finalmente, será el propio Comité el que elabore un proyecto «técnicamente inmejorable» al margen de los gobiernos autonómicos para organizar los Juegos de Invierno de 2030. Este fracaso del diálogo tiene causas muy claras. Primero, la deslealtad de la Generalitat al haber presentado una propuesta desproporcionada que marginaba los legítimos intereses de Aragón y sus valles pirinaicos. Segundo, la falta en la DGA de la suficiente habilidad negociadora. Ahora es preciso exigir al Gobierno central y al COE que trabajen en una candidatura «en pie de igualdad». Este fue el compromiso que adquirió Pedro Sánchez en septiembre del año pasado.

Es una mala noticia la ruptura de la negociación para organizar de forma consensuada una candidatura olímpica. Previsiblemente, habrá un proyecto técnico elaborado por el COE, pero el Pignatelli ya no tendrá voz. A la Comunidad le interesa la celebración de estos Juegos y la opinión pública así lo ha manifestado en las encuestas. Hay que respaldarlo, pues, con todo el entusiasmo, a pesar de que el presidente Javier Lambán ha perdido la capacidad de negociar directamente.

A partir de este momento, el COE ha anunciado que continuará evaluando las mejores opciones «con el fin de poder materializar la presentación de dicha candidatura». Esto significa que los técnicos del COE prepararán una propuesta con pruebas en Aragón y Cataluña, a la que luego podrán sumarse los respectivos gobiernos autonómicos. Al Comité y a su presidente, Alejandro Blanco, hay que reclamarles que estén al margen de las presiones políticas y de intereses ajenos a su misión organizadora.