Por
  • Cartas al director

Cartas al director de HERALDO: Góngora, Quevedo y Chanel

Chanel, durante su actuación.
Chanel, durante su actuación.
Yara Nardi/Reuters

Góngora, Quevedo y Chanel

Hoy en clase he tratado de explicar la poesía barroca. 

En aquellos años, los autores se repartían entre culteranistas y conceptistas. Los primeros, entre los que figuraba Luis de Góngora, daban más importancia a la forma que al contenido. Su poesía era un alarde de ingenio buscando la complicación de la expresión para excitar los sentidos. Por su parte, los conceptistas, entre los que tenemos a Francisco de Quevedo, practicaban una poesía que daba más importancia al fondo, también muy ingeniosa, pero tratando de ser más comprensibles y de llegar al intelecto.

Así las cosas, les digo a mis alumnos que los culteranistas buscaban más el adorno, que eran más efectistas, y les comento que eran como Chanel, cuya canción eurovisiva era muy espectacular, pero con poco mensaje, es decir, más forma que fondo.

Habrá quien me llame hereje por comparar a Góngora con Chanel, pero es un símil de lo más simplista para captar la atención de los chicos y lograr que me entiendan; cosa que no tuve muy claro cuando algunos se indignaron por pensar que me metía con Chanel. Calmados los fans, les intenté hacer ver que no la estaba criticando; de hecho, creo que era la idónea para ir a Eurovisión. Mi intención era, solamente, exponerles dos maneras de hacer arte que se dan en la literatura, la música, el cine y hasta en los discursos políticos (aquí los culteranistas abundan).

Acabada la clase, un alumno me comentó que no había puesto ningún ejemplo de cantante conceptista. "Joaquín Sabina", le dije tras pensarlo un segundo. Él asintió. Entonces supe que la comparación había funcionado.

José Julián Ezquerra Artigas. ZARAGOZA

El calor de mayo y la cosecha de cereal

Algún incauto estará tan contento con la ola de calor que padecemos estas dos últimas semanas... Yo mismo revivo algo de esa sensación eufórica del escolar ante el inminente verano y sus promesas de diversión. La diferencia es que, entonces, semejante y continuado calor era más propio de junio en lugar de mayo, porque, aunque seguramente nos dirán que hace décadas ya sucedió, yo no puedo recordar unas calores continuadas tan tempranas. Pero si pensamos en las consecuencias que va a suponer para la producción agrícola del cereal en nuestro país, especialmente en este año en que no vamos a importar grano de Ucrania, la sonrisa se congela. Porque este elevado calor prematuro, tan duradero, impide la completa formación del grano, que luego no rinde el peso que debiera. Y este grave inconveniente se suma al desastre de las heladas que arruinaron la fruta y la almendra, justo antes de la subida de las temperaturas. Y como no hay dos sin tres, solo nos falta que dentro de un mes llueva de forma tormentosa, porque sabido es que "las aguas de San Juan quitan vino, aceite y no dan pan". ¡Ay, san Isidro, que en lugar de tanto desfile en tu honor, nuestros agricultores deberían ofrendarte unas buenas gafas y un audífono para que estés al tanto de tanto problema que afecta a los de tu gremio! A ellos, e inmediatamente después, a todos nosotros.

Carlos San Miguel Echeverría. TARAZONA

La gran olvidada

‘La gran olvidada’ la llaman con razón amigos que defienden todo buen patrimonio de esta tierra. Y como una fuerza telúrica a prueba de siglos, la pequeña y hermosa torre mudéjar de Villanueva de Jalón aguanta los cierzos que arrancan tejas y tumban paredes, mientras soporta visitas que tantas veces lamentan cuánto ven y se hacen preguntas que nadie contestará. Da la triste impresión de que esta tierra es capaz de sensibilizar con cursos de todo tipo el conocimiento del mudéjar aragonés, mientras por otra parte ignora lo más básico, los propios monumentos irrepetibles. Hace unos días otra triste experiencia cultural me obliga a reiterar mis esfuerzos en pro de una lógica simple en la defensa del patrimonio popular. Propuse un presupuesto para restaurar un armónium de una iglesia y así se hizo; el resultado es que la dejadez de años hace inviable su restauración, convirtiéndose el instrumento por la carcoma en un ejército destructor de cultura y arte. Esas ruinas del pasado, la indiferencia del presente y la tristeza de un futuro incierto duelen por todo lo que significan de un olvido institucionalizado del que nadie se responsabiliza. Para nada vale la pena hablar de posibilidades culturales, de patrimonio histórico, de ética política en una tierra necesitada de hombres y mujeres dispuestos a no sacrificar la belleza de un legado del pasado, que debería formar parte de la dignidad de esta tierra. Si la buena voluntad no puede enfrentarse a la burocracia política, si la actividad cultural no encuentra cauce para cumplir su función y si quienes deseamos poner nuestro grano de arena bajo una dirección consecuente, para salvar un patrimonio que se lo merece, no podemos hacer nada, qué decir de las leyes al respecto. Amar la cultura en esta tierra es padecer la indiferencia y el olvido a que la condenan, defender una simple belleza, una locura sin sentido, querer perpetuar un pasado como si fuese un milagro conseguido, una labor titánica. ¿Quién vendrá en su defensa y apoyará el futuro de la torre mudéjar de Villanueva de Jalón? ¡Qué difícil es en esta tierra defender el bien común!

Antonio Maestro Gil. MORATA DE JALÓN (ZARAGOZA)

El vertido de purines

Con motivo de la celebración del desfile del Día de las Fuerzas Armadas, el señor alcalde de Huesca prohibió el vertido de purines durante una semana, supongo que para no incomodar a quienes visitasen la ciudad durante esos días. ¿Y el resto de la ciudadanía? ¿Y los demás días? Porque los purines huelen, y huelen mal, no solo perturbando la comodidad de quienes pueblan el territorio, sino afectando negativamente a su salud.

Miguel Chivite. LOPORZANO (HUESCA)

Moderarse con el sol

Moderación es comportarse y expresarse con mesura y sobriedad, es decir, sin caer en ningún tipo de excesos, sino con cordura, sensatez y templanza. Pues bien, en estos días primaverales de rayos solares que tanto han sido echados en falta durante el invierno, todos deberíamos ser moderados y no olvidarnos de que exponerse a la radiación solar para que nuestra piel empiece a coger el moreno que tanto nos agrada conlleva unos riesgos importantes para nuestra salud. Tenemos que llevar la ropa adecuada para proteger nuestro cuerpo y utilizar gafas de sol que hayan superado los controles de la UE; así como, ¡ojo!, proteger especialmente a los niños del astro rey.

Miguel Sánchez Trasobares. ZARAGOZA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

cartas@heraldo.es

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión