Por
  • Carmen Marcuello

Cuarenta años tejiendo redes

Cuarenta años tejiendo redes
Cuarenta años tejiendo redes
Heraldo

Aragón, nuestro país, cuenta con un tejido asociativo diverso y arraigado en todo el territorio. 

He tenido la suerte de conocerlo en profundidad durante estos años. Sin embargo, a veces, parece que no se conoce lo suficiente. Las numerosas asociaciones aragonesas nos muestran la capacidad de crear proyectos comunes de la ciudadanía y son una de las expresiones fundamentales de la democracia.

La razón de ser de estas entidades es dar respuesta a las necesidades comunes de sus asociados velando por el interés general de la comunidad y desde un proceso colectivo. Asimismo, las asociaciones son la concreción de uno de los derechos fundamentales como ciudadanos y ciudadanas. Con todo ello, el grado de asociacionismo es uno de los indicadores del estado de salud de una democracia.

Un poco antes del año 1982, esta realidad comenzó a despertar con más fuerza en Aragón. En estos cuarenta años de Estatuto de Autonomía, las aragonesas y aragoneses hemos creado proyectos colectivos diversos y plurales. Desde asociaciones vinculadas a las personas con discapacidad, al desarrollo del territorio, pasando por la cooperación al desarrollo, la cultura y el deporte, etc.

Según los datos del registro de asociaciones, la creación de entidades comenzó tímidamente en la década de los setenta, fue tomando fuerza a partir de década de los noventa y, especialmente, en estos últimos diez años. En todo caso, los números nos indican que, en Aragón, hay una buena salud asociativa. Hay una gran capacidad de tejer redes de colaboración.

Si miramos algunos de los ejemplos más destacados, tenemos a entidades como Amigos del Serrablo, Asociación Solidaria Aragonesa, Ansar, Atadi, ADRI, Consello D’a Fabla Aragonesa, Valentia, entre muchas otras.

Algunas de estas entidades tienen más de cuarenta años y otras son muy jóvenes. Necesitamos a todas ellas. Necesitamos su experiencia, su capacidad de innovar, su mirada amplia y diversa y su apuesta por las personas.

En este camino que comenzó hace cuarenta años debemos seguir fortaleciendo nuestra democracia, sociedad y economía a través de redes de colaboración. Y qué mejor que a través del compromiso de ciudadanas y ciudadanos que deciden libremente apostar por una sociedad mejor. Es importante fomentar la capacidad y la responsabilidad desde la acción colectiva para mostrar, defender y avanzar a una sociedad aragonesa todavía más comprometida con su territorio.

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