Adjunto a la Dirección de HERALDO DE ARAGÓN

Sinatra frente a Breznev

Sinatra frente a Breznev
Sinatra frente a Breznev
Pixabay

La única guerra en la que los combatientes supieron por lo que combatían fue la de Troya: luchaban por Helena. 

Acaso este solo sea un tópico de los muchos que existen sobre las batallas, pero no yerra. En la actual invasión de Ucrania, tampoco está claro el objetivo de Putin. Solo es evidente que está en juego la continuidad del orden internacional que prevalecía desde la caída del Muro de Berlín (1989). Llamémoslo ‘doctrina Frank Sinatra’.

Los últimos dos siglos se pueden resumir en una concatenación de doctrinas internacionalistas. Por ejemplo, el ideario norteamericano del ‘destino manifiesto’ (Somos el pueblo elegido por Dios para crear una sociedad modelo) ya fue utilizado por el presidente Polk para justificar la anexión de Texas (1845) y, más tarde, la guerra contra España por Cuba y Filipinas (1898). Después se impuso el ‘América para los americanos’ (Monroe). La ‘doctrina Truman’ fundamentó la contención del comunismo durante la Guerra Fría. La ‘doctrina Breznev’ fue la justificación soviética para intervenir en países de su influencia. Y la ‘doctrina Mad’ (destrucción mutua asegurada) sustentó en el terror nuclear un inestable equilibrio mundial.

A partir de 1991, con la implosión de la URSS, cuajó la ‘doctrina Sinatra’ (tomando el nombre del título de la conocida canción ‘A mi manera’), que proponía que cada Estado excomunista actuara a su albedrío. Es este marco de libertad el que quiere romper ahora el presidente ruso para imponer manu militari la ‘doctrina Putin’, una brutal recuperación de la anacrónica ‘doctrina Breznev’.

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