Director de HERALDO DE ARAGÓN

La arcadia perdida

La arcadia perdida
La arcadia perdida
Friedrich August von Kaulbach (Wikipedia)

Aquello que resultaba del todo imposible será posible. Paradojas. 

El precio de la energía podría toparse y el gas quedar definitivamente desacoplado del resto de las fuentes para frenar las constantes subidas. Aún sin un acuerdo cerrado, la voluntad política de la Unión Europea (UE) camina en esa dirección. Mientras se busca una solución para los carburantes, igualmente disparados, se habla de una reducción de su carga impositiva (cifrada en una media del 50 por ciento), aunque, según dicen, es del todo imposible…

Tras la pandemia, Europa debe hacer frente ahora a los efectos derivados de la guerra en Ucrania

Con un mercado energético quebrado e incontrolado, Aragón reivindica el peso de sus energías renovables para reducir la tarifa de la luz. Tachan la opción de compleja, aunque ya se comienza a hablar de la construcción de redes de distribución cerradas para polígonos y el autoconsumo, una posibilidad mucho más sostenible y duradera que la recomendación de las autoridades europeas de rebajar el termostato de las calefacciones domésticas.

Descarbonizados, aunque afectados por la nueva condición verde de las centrales nucleares, nos interrogamos sobre el exceso de celo aplicado en el veloz abandono del carbón como fuente de energía, una disciplinada transición que otros países no han acometido a idéntica velocidad que España. Se habla de autosuficiencia, de disciplina energética, pero las grandes empresas demandantes están optando por la suspensión temporal e intermitente de la producción como mejor forma de acomodarse a unos precios que rompen cualquier cuenta de resultados.

Volvemos a Aragón. Se apuesta por una conexión gasística con Europa que atraviese la Comunidad. Se asume que los actuales gaseoductos resultan insuficientes y se hace imprescindible analizar cómo puede optimizarse la relación con el resto del continente. La entrada del gas argelino y la definición de España como gran depósito gasístico adquiere una repentina relevancia geoestratégica que, hasta la fecha, no se había valorado o, sencillamente, se había preferido orillar. Reverdecen proyectos olvidados en los cajones como el túnel de baja cota transpirenaico que debería trasladar personas y mercancías y, también, servir para mejorar la conexión eléctrica y gasística. ¿Recuerdan? Las decisiones del pasado recuperan su vigencia cuando se reconoce su efecto sobre el presente.

Busca y rebusca la UE la forma de sosegar las economías y los políticamente más atrevidos descargan sobre la guerra en Ucrania toda la culpa de un descalabro que arrancó meses antes de la invasión. Del precio de la luz, también dotado de una carga especulativa, se lleva hablando desde mucho antes de que Putin lanzara la primera bomba sobre Kiev, al igual que de la inflación, que galopa (el pesimismo dice que alcanzará los dos dígitos) sobre una curva de crecimiento desde que la economía se dio cuenta de que la recuperación de la actividad tras el parón causado por la pandemia sería mucho más compleja de lo esperado.

Con un precio de la energía absolutamente desbocado, el tejido productivo se prepara para una nueva etapa de grandes dificultades para la economía

Sostenidos en la tormenta perfecta, sería bueno aceptar que los efectos de las sanciones sobre Rusia también se notarán durante años en las economías de los países de la UE aunque, en esta ocasión, se cuenta con los millones procedentes del fondo covid como principal amortiguador. De lo malo no se ha caído en lo peor, aunque no puede pretenderse que un conflicto que se libra a las puertas de Europa sea ignorado por los mercados. Cruzarse con un cisne negro siempre resulta excepcional, pero encontrar dos en tan corto periodo de tiempo anula toda capacidad de previsión. Busca Europa una alternativa al gas ruso y el Banco Central Europeo (BCE) se debate entre la mejor forma de contener la inflación y cómo garantizar el crecimiento. Los estímulos en forma de compra de deuda tienden a desaparecer y todo apunta a una subida de los tipos de interés. Los problemas crecen y la sensación tras dos cisnes negros es que puede aparecer un tercero.

Europa se psicoanaliza y termina reconociendo que los errores del pasado aún no han sido enmendados. Se desindustrializó la UE y la pandemia desnudó las vergüenzas de un modelo en exceso dependiente del exterior. Se avanzaba a pasos agigantados hacia una arcadia feliz ahora en cuestión. Toca tomar decisiones y la primeras de todas ellas quizá puedan abordarse en la Conferencia de Presidentes donde se encuentra el presidente Lambán: quizá haya que revisar el destino de los fondos covid de la UE y aplicar un freno político al precio de la energía para salvar la industria nacional. 

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión