Por
  • Isabel Nerin

Mañana

Manifestación estudiantil por el 8M en Zaragoza.
Manifestación estudiantil por el 8M en Zaragoza.
Oliver Duch

Mañana es la parte del día entre el amanecer y el mediodía; mañana es el futuro; mañana (el mañana) es un tiempo venidero. Decir mañana significa muchas cosas o no decir nada. Mañana puede ser al día siguiente o no ser nunca. Al decir: mañana empiezo el régimen, mañana dejo de fumar o mañana empiezo a estudiar inglés, se corre el riesgo de no adelgazar, seguir fumando o no pasar del ‘yes’. Porque mañana no es una fecha y lo que no tiene fecha no se hace.

Mañana es también el día que sigue inmediatamente al de hoy y mañana es 8 de marzo, fecha en la que se recuerda lo que falta por hacer para llegar a la completa igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Cierto que muchas cosas han mejorado, pero reconocer los progresos no impide seguir avanzando. Oponerse a las demandas de igualdad basándose en la creencia de que ya no existe discriminación hacia las mujeres, constituye el denominado sexismo moderno. Las mujeres siguen estando en minoría en la toma de decisiones, situación que puede mejorarse estableciendo cuotas sin caer en la trampa manida del ‘estar por méritos y no por ser mujer’. Las mujeres estamos donde estamos por nuestros propios méritos. Poner la lupa solo sobre el grupo de las mujeres es muy injusto porque hay hombres que están donde están por la sola razón de ser hombres. Es indudable que la igualdad de oportunidades que defiende el feminismo ha avanzado en las últimas décadas, pero quedan cosas por hacer que no podemos dejar para que el mañana las remedie.

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