Mi amiga Gio

'Soy Georgina' de Netflix
Mi amiga Gio
Netflix

Después de malgastar horas de mi vida arrepintiéndome en el menú de Netflix, me cogió un viernes por la tarde tonto, de invierno, y me puse a ver la serie documental de Georgina Rodríguez

Modelo, influencer, pareja de Cristiano Ronaldo… el cóctel lo tenía todo para que mis intereses la expulsaran en 10 minutos y, sin embargo, en dos días me la vi entera. ¿Por qué? Supongo que porque es difícil resistirse a un producto audiovisual que es lo más cercano a aquello de San Anselmo de que Dios es aquello mayor que lo cual nada puede ser pensado. Georgina, Gio para los amigos, existe en un mundo donde si nada de eso sucediera, todo seguiría igual y sin embargo, es necesario que todas esas cosas que rodean la parte más voluptuosa de su vida, ocurran. Existe durante todo el documental un estrés por las cosas que llega a preocuparte; como ese trajín de elegir vestido para llegar a tiempo a ver la Fórmula 1 de Mónaco a bordo de un yate, aterrizando en el jet privado de ‘Cris’, del que se destaca lo buena que es la tortilla de patata y los embutidos del catering. Porque si algo atrapa, es el origen humilde de la protagonista, que no parece desbordada por el exceso y en mitad de esa desproporción de lujo y gasto, te cuenta que si vives en un bajo tarda más en secarse el suelo al fregar. Es una de las claves: ese cordón umbilical entre el espectador y la posibilidad del dispendio explicado con tanta naturalidad, que llega uno a pensar que un día tendrá que decidir si para comprar el pan pega más ir en Maserati o en Ferrari.

La serie dedica además un episodio a Jaca, localidad donde se crió, y Graus, donde trabajó un año en un hotel (explicación incluida de la diferencia entre longaniza y secallona); que el Gobierno de Aragón debería explotar ante el retrato tan amable y cercano que ofrece, y que no se logra ni con veinte campañas institucionales.

Por lo pronto, a mí me queda la ilusión de pertenecer un día a su grupo de amigos; esos que tan divertidos dicen que con ella siempre hay que estar alerta y preparado porque de repente te llama para llevarte a un yate. Ser amigo de Gio como profesión, siempre con la maletita hecha y el pasaporte sin caducar. Cotizando amor a la Seguridad Social. Los mejores cuentos de príncipes y princesas son los aspiracionales.

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