El pico de la séptima ola
Aragón podría estar doblegando ya la curva de contagios de la séptima ola, aunque todavía se esperan semanas complicadas en los hospitales. La consejera Sira Repollés se basa en los cuatro días de descenso consecutivos en el número de positivos, así como en los modelos predictivos con los que trabajan en Sanidad, para argumentar que la Comunidad habría superado el pico máximo de contagios. Ahora bien, la evolución del virus, aunque presente rasgos esperanzadores, no exime de sus obligaciones a ninguno de los actores involucrados en hacerle frente, especialmente a los gobernantes, que tienen que asegurar los medios para reforzar los dos pilares que están demostrando ser más eficaces para sostener la lucha contra la pandemia: la vacunación y la atención médica.
Pronto habrán pasado dos años desde la declaración del primer estado de alarma en España motivado por la covid. En este periodo de tiempo, el virus ha causado una intensa alteración de la vida social y económica, que nos gustaría ver remitir pronto. No obstante, la experiencia acumulada marca con claridad el camino a seguir. No hay atajos ni es posible levantar la guardia. Como ha reconocido Repollés, esta ola habría sido «absolutamente inabordable» sin la vacuna, clave para mantener las capacidades asistenciales. Solo la constancia nos permitirá un día dejar atrás la pandemia.
Los casi dos años de coronavirus no han servido para disponer de un marco jurídico claro que facilite la labor de los jueces y de los políticos. Esta grave carencia se ha vuelto a evidenciar en la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Aragón de plantear una nueva cuestión de inconstitucionalidad ante el TC por algunos de los artículos recogidos en la Ley 3/200 de alerta sanitaria y el Decreto Ley 4/2021 que la modula. Es muy censurable la inacción del Gobierno central y el poder legislativo en esta regulación.
