Por
  • Alberto Jiménez Schuhmacher

Agradecidos

Manuel López, sentado en una de las salas del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza durante la entrevista.
Manuel López en una de las salas del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.
José Miguel Marco

Hace unas semanas leí ‘Egoístas, inmortales y viajeras’, un delicioso libro en el que Carlos López Otín habla de la biografía del cáncer y de cómo será su futuro. 

En los últimos episodios recuerda una reflexión compartida que tuvo con el periodista Carles Capdevila que dice que "no conocemos ni siquiera el nombre de esos científicos que mañana nos salvarán la vida". ¿Cuántas vidas ha salvado del Dr. Baselga? Posiblemente usted no supiera quién era, pero si es, o conoce, alguna persona que haya superado un cáncer de mama tratándose con Trastuzumab, le ayudó mucho. ¿Sabe quién es Katalin Karikó? Pues le debe dos o tres pinchazos este año porque ella es, perseverancia mediante, la madre de las vacunas ARN que nos están salvando de esta. A menudo desconocemos el nombre de esas personas que nos cambian la vida. Otras veces sí lo sabemos, agradezcámoselo. ¿Recuerda el nombre de la persona que le enseñó a leer o a escribir abriéndole un mundo? ¿Le ha dado las gracias?

Hoy puedo investigar en casa gracias al esfuerzo, astucia y audacia del magnífico Rector Magnífico Manolo López y la manera en la que promovió la investigación biomédica en nuestra Comunidad. Aunque no tuve la fortuna de tenerle como profesor, sí le conocí y conversamos varias veces. Era extraordinario. Un buen hombre bueno. Nunca le estaré lo suficientemente agradecido por cómo me ha cambiado la vida. Pese a que sí pude darle las gracias, todavía no era plenamente consciente de todo lo que ha transformado mi vida. Gracias. 

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