Jefe de Economía de HERALDO DE ARAGÓN

Vacantes de empleo

Alumnos del centro de FP Corona de Aragón de Zaragoza el pasado noviembre.
Alumnos del centro de FP Corona de Aragón de Zaragoza el pasado noviembre.
Toni Galán

Faltan camioneros porque hay cierto tipo de empleos a los que los jóvenes no quieren acceder. Faltan torneros, soldadores, fontaneros... ocupaciones denostadas durante años por quienes consideraban que aquellos puestos para los que no era necesaria una titulación universitaria no eran de suficiente prestigio. En las empresas tecnológicas reclaman desde hace mucho tiempo perfiles de personas con conocimientos sobre digitalización, pero se ven obligadas a dejar vacantes vacías a no ser que ofrezcan esos puestos a personas con carreras distintas de la ingeniería informática, matemáticas, física y afines, con su correspondiente gasto en formación.

Nuestras tasas de paro siguen siendo demasiado elevadas –aunque en Aragón la última EPA dio muy buenas noticias (8,79%)– y, sin embargo, son muchos los puestos de trabajo que no se cubren por falta de la capacitación adecuada. Tanto tiempo presumiendo de la creciente incorporación de los jóvenes a la Universidad mientras se potenciaba demasiado poco la Formación Profesional (FP), abandonada además en los años del ‘boom’ económico previo a la crisis de 2008 y años siguientes por jóvenes que se fueron al sector de la construcción por los extraordinarios sueldos que ahí se pagaban.

La falta del personal adecuado para las necesidades que demandan las empresas se ha convertido en un obstáculo más para impulsar la recuperación económica tal y como preveíamos una vez que se ha contenido la expansión del coronavirus por el buen funcionamiento de la vacunación. A la desmesurada subida del precio de la energía, la carencia y encarecimiento de las materias primas y la crisis de suministro de componentes industriales procedentes de países asiáticos en España en general y en Aragón en particular sumamos un problema de no fácil solución a corto plazo.

Así lo pusieron de manifiesto en un debate organizado por este diario y cuyo contenido se publicó en la edición de ayer representantes de organizaciones empresariales, sindicales y del Gobierno aragonés. La falta de apoyo a una FP con más prestigio fue recalcada por los ponentes, si bien recordando que a veces no se incentivan algunas ocupaciones con mejores sueldos –como apuntó Ana Sánchez, de Comisiones Obreras– y con la esperanza en el éxito de una nueva ley que tramita la ministra aragonesa Pilar Alegría manifestada por Javier Ferrer Dufol, de la Federación de Empresas del Metal de Zaragoza (FEMZ).

Esta última organización empresarial daba cuenta hace un mes del buen funcionamiento de su programa de orientación e inserción laboral ‘metalíZate.2’, con el que ha conseguido que el 90% de sus participantes se hicieran al final con un puesto de trabajo en el sector del metal.

Más activos han estado en los últimos años, si cabe, los clústeres aragoneses que trabajan en el sector TIC, el de las tecnologías de la información y las comunicaciones, Tecnara e IDIA, con programas y planes de todo tipo para captar a jóvenes que quieran estar al día en los conocimientos y destrezas que reclaman las empresas que los integran.

Casar oferta y demanda en el ámbito del empleo no resulta nada fácil. Nunca lo ha sido. Pero ser consciente de que estamos ante un problema que va a peor y que está frenando la capacidad de crecimiento de nuestra economía es un paso. Lo saben empresas, organizaciones patronales, sindicales y administraciones. Solo falta que tomen cartas en el asunto y se coordinen mejor.

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