¿Aragonesistas?

'¿Aragonesismo?'
'¿Aragonesismo?'
Heraldo

Hay que felicitar a Javier Lambán por su reelección como secretario general del Partido Socialista Obrero Español en Aragón. 

En el congreso celebrado el pasado fin de semana, alcanzó un mayoría más que sobrada, 96% de los votos. Visto desde fuera, se asemeja a una precuela del partido comunista búlgaro. Por lo que cuentan, no hubo rastro de discrepancia, abundante disciplina y mucha compasión.

En el partido, hay más de uno y una que aspira a sucederlo, pero dadas las circunstancias prefieren esperar a que decaiga por sí mismo. De momento, no quieren volver a las tendencias ‘libanesas’ que Alfonso Guerra bautizó para ironizar con aquello del ‘Partido Socialista de Zaragoza, Aragón y Beirut’. En esta ocasión, ya se han encargado desde Ferraz y desde el Pignatelli, quienes tenían que hacerlo, de poner a cada quien en su sitio. Sánchez y su fontanería orgánica saben bien cómo se tienen que atornillar las piezas para que la inteligencia de sus correligionarios se convierta en mera sumisión al césar. Mientras el ‘doctor sánchez’ tenga el poder ni Bruto le podrá clavar el puñal. Aprendió la lección y le escribieron su propio ‘manual de resistencia’ carente de principios y repleto de propaganda, efímera, volátil.

En una astuta jugada que busca adueñarse de un espacio simbólico en el que hay un buen caladero de votos, el PSOE aragonés reivindica la etiqueta del ‘aragonesismo’

Así, el ‘sanchismo’ ha contribuido a degradar de manera vergonzante la moral política española y, por extensión, la aragonesa. En los partidos políticos contemporáneos nada es permanente, mucho menos las promesas. Las palabras se proclaman sabiendo que no pasa nada si luego no se cumplen. En esto, ‘sánchez’ como ‘capo di tutti capi’ tiene un doctorado ganado con todas las letras y aquí sin plagiar a nadie.

Sin embargo, a Lambán se le percibe distinto. Es un mérito que hay que reconocerle. Siendo como es aragonés y de Ejea, se nota que ha conocido el valor de la palabra dada. Por eso, no puede ser que lleve bien tanta mentira y tanta falsedad codeándose con ‘pedro sánchez’, un tipo que miente hasta cuando no habla y se salta la legalidad cuando le da la gana. Porque eso sí, las sentencias del Tribunal Constitucional, y de cualquier otra instancia, solo valen si afectan al vecino o a la oposición.

En cualquier caso, lo destacado de este congreso de la franquicia en Aragón del Partido Socialista Obrero Español se resume con dos eslóganes: ‘más socialdemócrata’ y ‘más aragonesista’. Sobre lo primero, la de aquel. La maquinaria electoral del partido ha rescatado de su archivo una nueva dosis de palabras comodín para recuperar la moderación. Si hace falta se harán social-liberales, verdes, amarillos, naranjas… o la etiqueta que se venda más y mejor. Emulan la mercadotécnica del ‘sanchismo’: pura farsa, centrada en conseguir el poder y mantenerse en él. Es la quintaesencia del ‘sociolistismo’, del más refinado.

Pero es poco creíble en un partido que depende de las decisiones de Madrid

Sobre lo segundo, un oxímoron de marca mayor. Una contradicción en sí misma. Decir que el Partido Socialista Obrero Español en Aragón apuesta por el aragonesismo es una fantasía animada como pocas. Es una invención calculada para engañar al público y rebañar votos en el caladero de votantes que tanto el PAR como CHA y otros están descuidando.

¿Se puede ser aragonesista en una organización que impone desde Madrid lo que se puede y no se puede? Si Lambán lo dice, será que es posible. Y siendo como es un tipo pragmático, algo habrá. Pero es muy difícil de creer, por no decir, imposible. En el caso de su partido son muchos los ejemplos históricos, empezando por el botijo de Felipe González hasta llegar a la generosidad en la financiación autonómica de ‘sánchez’. Es una patraña y da la risa, pero no es de tontos. Es una jugada astuta que quiere adueñarse de un espacio ideológico y simbólico donde hay una buena porción de los votos del electorado aragonés. Ahora toca al resto de los partidos, en especial a los aragonesistas, desmontar el marco narcotizante donde Lambán, con su arte oratoria, nos ha puesto a no pensar en el elefante. Invita a merendar pero se quedará con la ‘pizca’. Si los demás no espabilan y la ciudadanía aragonesa no despertamos, ha preparado el caldo para hacerse dueño del ‘cletao’ el tiempo que se le deje y dure.

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