¿Voxificados?

¿Voxificados?
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ISM

La intervención de la diputada de Vox Carla Toscano en el debate de la "Ley Orgánica de garantía integral de la libertad sexual" (14/10/2021) no tiene pérdida. 

Se hizo viral el mismo día. Sobre todo el fragmento inicial, cuando desde el estrado arrancó diciendo: "Señor Simancas, ¿me está mirando? Señor Guijarro, ¿me está mirando? Es que a lo mejor no me gusta cómo me miran. Tienen la suerte de que soy una mujer sensata, una diputada de Vox y por eso no voy a hacer nada. Pero si fuera otro tipo de mujer, por esa mirada les podría denunciar por acoso y por violación. Y habría que creerme, porque soy mujer y porque yo lo valgo". Aunque esa parte es la destacada y repetida por doquier, hubo bastante más. De hecho los 11’05’’ que dura su primera intervención están sembrados. Igual que los 5’10’’ de la réplica. Ambas están disponibles en la web de Congreso, donde se puede consultar la documentación relativa a este proyecto de ley.

He de reconocer que desconocía a esta diputada. No tenía conciencia de haber leído, visto u oído nada donde estuviese implicada. Hasta esta ocasión, cuando me he detenido en atender a sus argumentos y su particular ‘#notmetoo’. Después, hablando con unos amigos sobre el tema y la susodicha, me he dado cuenta que no he sido original. Hemos llegado a la misma conclusión: no es tan descabellado lo que explicó. Fue algo más que una simple provocación. He de confesar que esto nos produjo una cierta inquietud. ¿Nos estaremos ‘voxificando’?

No puedo transcribir la literalidad de nuestra conversación porque sería políticamente incorrecto e inmediatamente nos pasarían por la trituradora mojigata y moralizante que inunda nuestra sociedad. Es lo que hay. Arriesgarse a salir de ‘lo correcto’ es un asunto peligroso. Por eso, si Vox y los suyos son el enemigo según el discurso oficial; si son el partido racista y xenófobo que se dice que son; si son los herederos del franquismo y del fascismo; si son todas esas cosas… acercarse a su sombra es un tabú. Por eso ni se acepta siquiera preguntar si pueden ser inteligentes y tener alguna idea plausible, ni si puede haber alguna palabra de bien en sus discursos. Pero ¿es ese el problema? ¿Es un anatema pensar que Vox puede aportar algo a nuestra democracia? ¡Glups! Parece que sí. En entornos ‘sociolistos’, ‘podemitas’, entre los herederos de ETA y otros oficialmente bienpensantes, es una herejía. Al reconocer que una buena parte del argumento de la diputada Toscano nos resultaba atractivo e incluso defendible, entramos en un terreno minado. Pero ¿está vetado hablar con el ‘enemigo’ y buscar puntos de encuentro?

Nos estamos polarizando, aceptando cambios sustanciales en nuestras reglas
de juego que, independientemente de quien las cuestione, alimentan
problemas en vez de buscar soluciones

El mero hecho de preguntar y escribir buscando coincidencias —en esta España nuestra y en este momento histórico— es un riesgo. Estamos inmersos en una nueva tiranía que describe Keith Preston en su libro ‘The Tyranny of the Politically Correct -Totalitarianism in the Postmodern Age’ (2016). Desde su perspectiva, esta tiranía de lo políticamente correcto es equiparable a la corrección política de los regímenes totalitarios de la Rusia comunista y la Alemania nazi. El veto a publicaciones, la intolerancia frente a la disidencia e incluso los juicios paralelos en medios de comunicación y redes sociales han trabado una atmósfera asfixiante que domina la sociedad occidental, en general, y la española en particular.

Estamos cavando fosos y aceptando asimetrías. Nos estamos polarizando, aceptando cambios sustanciales en nuestras reglas de juego que, independientemente de quien las cuestione, alimentan problemas en vez de buscar soluciones. En el caso de la diputada de Vox hay que darle la razón cuando señala que el problema de fondo en esta norma y en otras que ya están vigentes es no tomar en serio el artículo 14 de nuestra Constitución: "Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social". Si es así, no tiene fundamento considerar de partida que la palabra de los varones sea menos válida y relevante que la de las mujeres. Algo estamos haciendo mal. Y cuando se siembran tormentas, se recogen tempestades. Tiempo al tiempo.

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