Por
  • Eva Cosculluela

Rapidito

'Rapidito'
'Rapidito'
Pixabay

Hace unos días descubrí que los vídeos en las redes tienen una opción para reproducirse a más velocidad de lo normal. 

Se puede elegir que la figura que habla en pantalla y te explica cómo trasplantar una orquídea, la forma de poner la letra más grande en el móvil o cómo se hace una paella, lo haga a doble (y hasta a triple) velocidad. Que nos lo cuente, pero rapidito. Que no estamos para perder el tiempo.

Y en eso estaba yo, indignada por la rápida marcha del mundo y por la poca pausa que le ponemos a todo, cuando me descubro con estupor eligiendo esa opción para ver un tutorial. Queremos saberlo todo sin pasar por el proceso necesario de análisis, reflexión y duda en el que asimilamos los nuevos conceptos, los fijamos y nos cuestionamos lo aprendido. No estamos dispuestos a perder tiempo en eso. Porque ya no dedicamos tiempo ni lo invertimos, ya sólo lo perdemos.

En su estupendo ensayo ‘Ruido’, Kahneman, Sibony y Sunstein afirman que "vivimos la mayor parte del tiempo con la creencia incontestable de que el mundo se ve como se ve porque es así como es". Viviendo a doble velocidad, aunque tengamos la sensación de que somos más sabios lo único que hacemos es introducir ruido en nuestras vidas. Un ruido que luego, como explica este ensayo, está presente en todas nuestras decisiones, individuales o colectivas, y nos hace cometer errores. El primero será creer que podemos cambiar el ritmo de la vida a nuestro antojo. Eso sí, luego lo contaremos en un vídeo que alguien verá muy rápido.

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