Formación para el empleo
En empresas aragonesas de sectores diversos, como la hostelería y el transporte, preocupan las dificultades que están teniendo para encontrar trabajadores con los que cubrir puestos vacantes o ampliar su actividad.
La falta de personal con la preparación adecuada puede convertirse en un cuello de botella adicional para la recuperación económica. Haría falta una acción coordinada de la Administración y el sector empresarial para cerrar esa brecha.
La recuperación de la economía después del profundo bache marcado por la pandemia se está viendo favorecida por algunos factores positivos importantes, como la confianza del consumidor, el tirón de la demanda y las expectativas de inversiones, incluyendo la llegada de fondos europeos y todo lo relacionado con la transformación climática y digital de la estructura productiva. Pero también aparecen serios obstáculos, como la escasez de determinados suministros en el mercado mundial o los elevados precios de la energía. Ahora hay signos muy evidentes de que la falta de trabajadores puede convertirse en un nuevo lastre para el relanzamiento económico. El fenómeno se esté registrando en todos los países desarrollados, pero parece más sangrante en España, donde las dificultades de las empresas para encontrar empleados coexisten con una lacerante tasa de desempleo. De manera que hay que convertir el problema en una oportunidad. Una acción bien planeada y coordinada de las Administraciones públicas y el sector privado debería ser capaz, mediante la formación y los incentivos, de ofrecer nuevas oportunidades de empleo a los parados a la vez que se asegura a las empresas la disponibilidad de los profesionales que necesitan. Conseguir cuadrar los desajustes del mercado de trabajo sería una buena receta tanto para impulsar el crecimiento económico como para conseguir que sus beneficios se distribuyan mejor en el conjunto de la sociedad.
