Por
  • Isabel Nerín

Reuniones

'Reuniones'
'Reuniones'
Pixabay

Las reuniones son una herramienta de trabajo en determinados espacios laborales que figura en las agendas con frecuencia. 

Por eso es habitual que la persona a la que se requiere para plantear o solucionar alguna cuestión esté reunida. Aunque existe la aceptación tácita de que las reuniones son espacios y tiempos de trabajo, posiblemente el ‘estar reunido’ sirve en ocasiones para protegerse de las interrupciones, ya que el tiempo necesario para terminar cualquier tarea es tanto más largo cuantas más veces se interrumpe (ley de Acosta). La mayoría de las reuniones se convocan con un orden del día y una hora determinada, pero pocas veces se establece la duración de las mismas, por lo que existe el riesgo de alargarlas inútilmente y que finalmente dejen de cumplir el objetivo con el que se plantean. Dedicar la jornada laboral a reunirse posiblemente no incide favorablemente en la productividad, aspecto que España necesita mejorar al estar por debajo de la media de los países de su entorno según un informe del BBVA sobre productividad laboral.

Si suponemos que la cantidad de reuniones que figuran en una agenda es un indicativo de productividad, el antiguo dilema de ‘estudias o trabajas’ se podría sustituir por el de ‘trabajas o te reúnes’. Hace unos años, un colega me comentó que la máxima autoridad de una comunidad autónoma tenía una media de siete inauguraciones al día; siguiendo con la perspectiva evolutiva el dilema final sería ‘te reúnes o inauguras’, con las posibles consecuencias sobre la productividad, en este caso, en el ámbito público.

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