Por
  • Isabel Soria

Educar en patrimonio

Roda de Isábena, el pueblo más pequeña con catedral
'Educar en patrimonio'
Laura Uranga

No se sabe muy bien por qué, pero siempre hay una tendencia en Aragón a denostar lo propio. 

Una tendencia a hablar mal o al menos a no valorar lo que tienes cerca. Si lo hay con las personas, no digo ya nada con las piedras y con otros patrimonios mayores y menores, materiales e inmateriales que conforman nuestro sobresaliente patrimonio cultural.

Desde hace unos tiempos pienso que ha faltado pedagogía. Y que lo mismo que se ha sensibilizado en otras materias y hemos desarrollado una nueva cultura ecológica, avanzando en igualdad o en cultura democrática, con los valores inherentes al patrimonio no hemos ido al mismo ritmo. No han existido políticas de sensibilización o de concienciación sobre la importancia del patrimonio cultural en todos los órdenes de la vida. Pero ha llegado el momento. La memoria no podrá reparar lo que cayó en el olvido y tampoco volverán a estar en pie ni los edificios derribados ni los entornos masacrados, pero todavía queda mucho patrimonio, hasta el hartazgo. Y tenemos que transmitir que el patrimonio cultural, en todas sus manifestaciones es uno de los recursos que más nos pueden hacer crecer a partir de recursos endógenos. Su cuidado, su difusión y su gestión sólo trae cosas buenas: engrandece el patrimonio, aumenta el nivel cultural, revierte económicamente en los alrededores, crea sentimientos de identidad y educa desde una perspectiva poliédrica. Toda inversión –cultural, económica y social- en patrimonio es devuelta con creces: así de generoso es el pasado con nosotros.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión