Dos tetas

Hace unos días dos mujeres hablaban en una terraza sobre la ley trans y las tremendas reacciones que está provocando. 

Una de ellas trabajaba con colectivos lgtbi+ y aunque reconocía la complejidad del debate y sus muchos matices, afirmaba que debemos estar por encima de eso con una frase llena de sabiduría: "Si un gesto mío consigue aliviar un poco la tristeza de una persona que lo está pasando mal, ¿por qué no hacerlo?".

Al poco rato, en otra terraza que estaba a la vuelta de la esquina, un representante de una distribuidora de bebidas hablaba con el dueño: "La semana que viene no te visitaré yo, vendrán dos tetas", a lo que el propietario siguió la broma: "Ah, pues sacará de mí lo que quiera". El resto del grupo celebraba la gracia con ruidosas carcajadas mientras seguían haciendo chistes machistas y homófobos. En ese punto, dos mujeres compañeras del primero, visiblemente molestas, ponían un pretexto para marcharse. Nadie captó su gesto de incomodidad.

Sólo una esquina separaba a estas personas que, en realidad, habitaban en dos universos distintos. Y me pareció que era una metáfora estupenda de esta sociedad en la que vivimos: la tolerancia y la bondad están a sólo unos metros del machismo y la homofobia más recalcitrantes. En lo que va de año se han registrado 611 denuncias por delitos de odio. Da mucha tristeza pensar que todo depende de en qué lado de la esquina te toque.