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  • Heraldo de Aragón

Cartas al Director: "La salud mental convertida en un lujo"

En la sanidad pública no se presta la debida atención a la salud mental.
En la sanidad pública no se presta la debida atención a la salud mental.
Guillermo Mestre

La igualdad y la diversidad son necesarias; pero, ¿por qué invertir tanto dinero en cambiar unos semáforos en vez de destinarlo a la salud mental? La salud mental no solo cura a las personas que padecen ansiedad o depresión, también alivia a los grupos que han sido discriminados. La depresión, la ansiedad y los trastornos mentales se extienden como un cáncer y muchas familias deben gastar cientos de euros al mes para encontrar alivio. ¿Por qué, si la Seguridad Social tiene un psicólogo y un psiquiatra? Al igual que hay muchos doctores en plantilla, también deberían existir médicos de salud mental para atender a las personas que padecen trastornos mentales, de los cuales algunos han sido agravados por la pandemia. Personas que se han visto obligadas a bajar la persiana, niños aislados que van a crecer con miles de inseguridades y gente que no puede ser diagnosticada porque no hay alternativas económicas para la salud mental. En pleno siglo XXI hemos convertido esto en un lujo que solo unos privilegiados pueden pagar; si no, hay que aguantarse con esa sesión cada dos meses y punto. Se juega con las personas, porque los suicidios han aumentado y se ha demostrado que estos problemas son igual de importantes que un cáncer, ya que de alguna manera también pueden llegar a ser terminales. Aun así es cierto que los casos de suicidio por ‘bullying’ no son los mismos. ¿O quizá los esconden? Las redes sociales también están mermando nuestra salud mental, ya que lo que antes duraba de lunes a viernes ahora son los 365 días del año, las veinticuatro horas del día. Pero esto no es sobre acoso escolar, es sobre la salud mental. No somos débiles, pero no estamos lo suficientemente cuidados pese a los impuestos que los que trabajan aportan.

Teresa Corcuera Montes

ZARAGOZA

La pandemia a examen

En primer lugar podemos detenernos en los órganos controladores. Abundantes y diversos. Participan desde el Gobierno central a la Unión Europea, pasando por las autonomías, las autoridades y expertos sanitarios y la Justicia. Esto explica el aluvión de vaivenes, de idas y venidas, de proclamas y rectificaciones. Este fenómeno representa a la vez un engorro y una válvula de escape en materia de responsabilidades, porque les permite poner verdes a los demás sin excesivos costes propios. Urge una Ley de Sanidad que concrete las actuaciones. En cuanto al universo de aplicación, el problema está en el ejército de negacionistas y asimilados que componen, como decía hace unos días Victor Orcástegui, «una marea de desobediencia civil». Se manifiesta en su oposición a la vacuna, el incumplimiento de las normas, como en el caso del botellón, las fiestas, las no fiestas y otras reuniones incontroladas. Estoy de acuerdo en que las autoridades no tienen medios ni voluntad de frenar la marea. Dramática resulta la situación de las residencias de mayores. Antes y ahora. Nadie sin vacunar debe trabajar en una residencia, y sobre esta premisa debería elaborarse la normativa. El derecho de los residentes a no ser contagiados está por encima del derecho de los trabajadores a elegir. Una residencia solo necesita trabajadores vacunados. Lo demás son ganas de enredar y poner en riesgo la vida de los asistidos. Y por último, lamento que España no forme parte del colectivo de veintiún países europeos que además de utilizar el ‘pasaporte europeo covid’ para facilitar la movilidad, han introducido algún uso adicional para entrar en ciertos recintos. ¿Seguimos pensando que ‘Spain is different’? Así nos va.

José Luis Cabez Marco

ZARAGOZA

Milagros en las ucis

Tengo un amigo profesor ingresado en la UCI del Servet por covid. Está muy grave y la familia y amigos rezamos y confiamos en que tenga fuerzas para superar esta crisis. Aprovecho esta triste circunstancia personal para agradecer la ingente labor que realizan todos los profesionales que trabajan en las ucis, por estar pendientes las 24 horas de sus pacientes y poner todos los medios para salvar vidas. Es una carrera de fondo, de resistencia, de luchar casi minuto a minuto por no rendirse, pero, desde luego, si no fuese por la ciencia, por la medicina y por los conocimientos adquiridos en muchos años de estudio, solo rezar no serviría de nada. Tienen que pasar malos ratos en su trabajo, seguramente si no desconectan hasta les costará dormir, a fin de cuentas, su recompensa es salvar vidas y por ello trabajan muy vocacionalmente. Ya les hemos dado las gracias, les hemos aplaudido hasta la saciedad, incluso les hemos premiado y reconocido, pero la mejor forma de ayudarles ahora, es obedeciendo lo que dicta sanidad. Eso sí lo van a agradecer de corazón. Y a mi amigo, mucha suerte.

Luis Solanas Cebolla

Zaragoza

Plan fallido

El actual mandatario estadounidense, tras concluir la cumbre celebrada este martes por las naciones del G7, ha confirmado la retirada de las fuerzas de Estados Unidos en Afganistán el 31 de agosto. Ha admitido también que -pese a las insistentes peticiones internacionales- no ha logrado extender dicho exiguo plazo, ante la imposibilidad de completar las tareas de evacuación de la población que quiere huir de allí tras el fulminante éxito de los talibanes. Así pues, ni las exigencias de aumentar el plazo ni la salida ordenada prometida por el demócrata cuando anunció la retirada se han cumplido. Lo que se ha revelado no es más que un auténtico plan fallido. La oposición republicana en Estados Unidos ha cargado directamente contra Biden, como era de esperar, reprochándole la decisión unilateral de no dejar una fuerza residual de soldados en Afganistán para sostener el gobierno local. Hay quien opina que el rampante descrédito de su antecesor republicano lleva camino de ser superado negativamente por el actual inquilino de la Casa Blanca. Tiempo al tiempo.

Miguel Sánchez Trasobares

ZARAGOZA

Gobierno y oposición

La atmósfera que se vive entre Gobierno y oposición no es la deseable, ya que en muchos asuntos deberían ir juntos por el bien de nuestra economía. Si ven disputas continuas, los demás países pueden desconfiar. Por eso sería conveniente una tregua para las cosas importantes. Somos una gran nación, pero debemos demostrarlo. El Sr. Sánchez y el Sr. Casado deben ir a una para que la economía crezca y cree puestos de trabajo. Renovar el Consejo del Poder judicial sería un paso para dar confianza. Tenemos que visitar Marruecos a nivel de presidentes y, sobre todo en Bruselas, crear pruebas que convenzan a nuestros socios. Volveremos a ser lo de antes, se volverán a crear puestos de trabajo, pero hay que olvidarse del ‘no es no’ y de las luchas excesivas. Por los intereses de los españoles.

Antonio Rodríguez Cabello

ZARAGOZA

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