El gigante estadounidense del comercio electrónico Amazon redobla su apuesta por Zaragoza, donde estrenará en poco más de un año un cuarto complejo logístico para centralizar las devoluciones del sur de Europa. La multinacional creada por Jeff Bezos, una de las grandes ganadoras del cambio de hábitos derivado de la pandemia del coronavirus, necesita seguir mejorando la experiencia del usuario, tanto en precio como en tiempo de recepción del artículo adquirido. Por ello ha puesto sus ojos en una de las regiones mejor localizadas en el suroeste de Europa. Hay que crear sinergias para que el beneficio sea doble, tanto para el inversor como para la Comunidad que lo acoge con todas sus ventajas.

El cuarto almacén que Amazon abrirá en Zaragoza en el otoño del próximo año, con casi 1.500 empleados, está diseñado para centralizar devoluciones. El proyecto detalla que las mercancías llegarán desde otros almacenes y en menos de 24 horas se clasificarán y enviarán a nuevos destinos; de hecho, su funcionamiento se parecerá más a un proceso que a un almacenamiento. Mas allá de que los gobernantes de todo el mundo tengan la obligación de evitar prácticas monopolísticas y de evasión de impuestos por parte de los gigantes tecnológicos (Microsoft, Google, Facebook, Amazon y Apple), es importante para Aragón acoger a la compañía que ha revolucionado la manera como compramos los productos que consumimos a diario y, también, el alojamiento de contenidos online, la llamada ‘nube’ de internet.

En este tipo de inversiones y en los acuerdos que puedan generarse con las administraciones públicas se juega Aragón su futuro tecnológico e industrial en una etapa de importantes transformaciones en la economía mundial. Todas las instituciones deben actuar de forma coordinada para que la Comunidad esté en la vanguardia de la logística y la digitalización.