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Cartas al director de HERALDO: 'La importancia de un solo gol'

Oyarzabal lanza el penalti que da el pase a España, ante Suiza, a las semifinales de la Eurocopa
Oyarzabal lanza el penalti que da el pase a España, ante Suiza, a las semifinales de la Eurocopa
MAXIM SHEMETOV/REUTERS

'La importancia de un solo gol'

Cuando la selección brasileña de fútbol arrasaba, existía una verdad no escrita que se le atribuye a Pelé: en el peor de los casos, siempre marcaremos un gol más que el contrario.

Y se cumplía. Estamos hablando de una época en la que el fútbol era ofensivo por naturaleza. Pero los tiempos cambiaron, de hecho el último Mundial que ganó Brasil fue en 2002, e incluso tuvo una derrota humillante ante Alemania en su propio feudo en 2014, nada menos que por 7-1. En el fútbol actual de nuestra bendita tierra aragonesa, hemos de lamentar que la S. D. Huesca no haya podido permanecer en Primera División por no haber sido capaz de marcar un solo gol en el último partido de Liga, y ocasiones las hubo. Simplificar y justificar toda una temporada con este hecho no sería justo, pero lo cierto es que de haberse producido tal circunstancia los oscenses estarían muy contentos en estos momentos. Por contra, este Real Zaragoza que tantísimos disgustos nos lleva dando en las últimas ocho temporadas en Segunda División, quién sabe si gracias a aquel gol que marcó nuestro portero en el tiempo de descuento en Lugo, no fue el detonante que nos hizo creer un poco en la salvación. Acaba de finalizar la Copa de América y Argentina ha derrotado a Brasil por un solo gol (1-0). Simultáneamente, en la Eurocopa nunca se habían producido resultados tan ajustados en una fase final, con prórrogas y penaltis. Sin ir más lejos, nuestra selección no jugó la final por no marcar un gol más que Italia, y ocasiones las tuvo. Italia le ganó en la final a Inglaterra por un solo gol... y en los penaltis. Afortunadamente, la distancia entre los grandes y los no tan grandes se ha reducido. Es la grandeza actual del fútbol, que nada está decidido hasta el pitido final del árbitro. A pesar de la escasez de goles, qué quieren que les diga, ¡bendito fútbol!

José Carlos Utrilla Fernández. ZARAGOZA

'El confinamiento y la mili'

Desde la entrada en vigor de la Constitución y hasta 2001 existía en España el servicio militar obligatorio, pudiendo ser sustituido por una prestación social. Mediante el servicio militar, se confinaba a los jóvenes varones durante meses en campos y cuarteles, privándoles de su libertad de movimientos, de circulación y de reunión. Y todo eso, solamente a los varones, en contra del artículo 14 de la Carta Magna. Y sin necesidad de declarar estados de alarma o excepción. Nadie puso recurso de inconstitucionalidad a esta forma de ‘hacer la mili’, cuando sobraban las razones, ya que si bien la propia Constitución contempla el servicio militar, se podría haber hecho garantizando las libertades fundamentales. Desde la entrada en vigor de la Constitución, todavía España no ha visto su integridad amenazada de tal manera que hayan hecho falta soldados de reemplazo para su defensa. Algo debió comprender Aznar cuando acabó con la mili. Sin embargo, el coronavirus nos ha atacado a su antojo, y no por tierra, mar y aire. Sin el confinamiento de tres meses de 2020, los expertos dicen que los muertos se hubieran multiplicado, por lo que aquel confinamiento ya ha salvado muchas más vidas que la privación de libertades que supuso el servicio militar obligatorio durante los trece años que estuvo en vigor tras la aprobación de la Constitución.

Javier Juberías Calvo. Zaragoza

'De los exministros'

¿Con qué cobertura social cuentan los exministros destituidos? Hay que tener en cuenta que no ha sido una decisión voluntaria, sino impuesta. El tiempo que transcurra hasta que encuentren una ocupación a tenor de su preparación y si la remuneración es inferior a la anterior, ¿cómo se cubre? Es de justicia que estén equiparados en esa situación a los funcionarios de muy alto nivel. En aras de la transparencia democrática, quizá fuera bueno y ejemplar conocer algún detalle.

José Luis García Pardo. ZARAGOZA

'La física del patinete'

Habitualmente me desplazo a trabajar en bicicleta, pero debido a una lesión comencé a ir andando y en patinete. Me pareció un medio rápido pero pude comprobar que no me sentía seguro. Ya cuando iba en bicicleta me sorprendía que los patinetes me adelantaban aunque yo fuera a buena marcha. Y llegó el día que me caí. No iba a la velocidad máxima del aparato, pues era por debajo del puente de la Almozara, zona con curvas y desniveles. A pesar de ello, tras meter la rueda delantera en un pequeño agujero, volé un par de metros y me lastimé rodilla, codos y cadera (además de agravar mi lesión lumbar). Con estas líneas pretendo concienciar sobre su buen uso. Un patinete no frena apenas, es más, no debe hacerlo, puesto que si tuviera un freno potente la caída sería segura debido a que el centro de gravedad del conjunto patinete-persona está muy elevado y la rueda de delante haría de palanca. Al frenar muy lento, ante un niño que se cruce por ejemplo, el golpe no se puede evitar. A esto se suma que la rueda es muy pequeña en comparación con la de la bici, por lo que cualquier hueco u objeto, por pequeño que sea, es caída. Aprovecho para denunciar como no adecuada la medida del Ayuntamiento de Zaragoza de fomentar el uso de patinetes en calzada pacificada, por los enormes agujeros que hay en ellas. En resumen: llevar siempre casco y otras protecciones, ir por viales llanos y bien mantenidos, preferentemente carriles bici, evitar zonas de tránsito de personas y de muchos elementos fijos (farolas, bancos, árboles, …), y en caso de que haya, reducir la velocidad a por debajo de 10 km/h.

Vladimir Garvi. ZARAGOZA

'Agradecer el cuidado'

Esta pandemia nos ha enseñado la fragilidad de nuestra condición y la importancia de aquellas personas que se dedican al cuidado de nuestra salud. He tenido la ocasión de vivirlo en primera persona. Un día de finales de junio, me encontraba en fila para la caja de una gran superficie. Comencé a balbucear y caí al suelo. Acudieron en mi auxilio los trabajadores y llamaron al 112. En el servicio de Neurología del Hospital Miguel Servet de Zaragoza me operaron de urgencia de ese trombo que se presentaba mortal. Y me salvaron la vida. Empieza una nueva para mí. Y es obligado hacerlo reconociendo la profesionalidad y el trato exquisito dispensado por todo el equipo del mencionado servicio. No llevaba la documentación ni vivo habitualmente en la ciudad ni sabían mi identidad. Fue un acto humano: ni más ni menos que eso. Sirvan estas líneas para dar las gracias a todos los que me han regalado vida y tiempo. No hay día en el que no los recuerde emocionada. Somos frágiles pero estos magníficos cuidadores se han convertido en lo que siempre fueron: héroes. Gracias, siempre.

María Dolores Giménez Mas. TARRAGONA

Las cartas al director no deben exceder de 20 líneas (1.500 caracteres) y han de incluir la identificación completa del autor (nombre, apellidos, DNI, dirección y teléfono). HERALDO se reserva el derecho de extractarlas y publicarlas debidamente firmadas.

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