Un nuevo héroe

Unos 2.300 millones de personas en el mundo son bebedores comunes.
'Un nuevo héroe'
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Las magníficas películas ‘Días sin huella’, de Billy Wilder y ‘Días de vino y rosas’, de Blake Edwards, figuran entre las excepciones. 

En general, el cine viene tratando el consumo de alcohol de un modo maniqueo, bien como un vicio del que se culpa a quien lo ejerce, o bien, todo lo contrario, como un hábito divertido y hasta encantador, a lo James Bond.

Por eso es reseñable que, coincidiendo con las declaraciones de algunos actores sobre su alcoholismo, el cine comercial empiece a abordar esta enfermedad del modo que lo han hecho ‘Una pequeña mentira’ (2019), de Julien Rappeneau, y ‘The Way Back’ (2020), de Gavin O’Connor. Ambas películas presentan a un bebedor a merced de la exclusión, la tristeza y la rabia. La novedad radica en que este personaje deja de ser el habitual secundario condenado al fracaso, para convertirse en el protagonista de una epopeya doméstica en la que hace frente con éxito a su adicción. Este héroe de última hora vendría a ser el sucesor del hombre vencido de la generación anterior, cruda y entrañablemente descrito por Viggo Mortensen en ‘Falling’ (2020).

La aparición del héroe actual y la compasión por su predecesor podrían representar un cambio significativo en el trato que recibe el individuo alcoholizado y con frecuencia brutal, de quien no hemos querido ver sus razones ni su desvalimiento, porque así es más fácil condenarlo. Y ojalá que este cambio signifique que nos hemos empezado a dar cuenta de que, solo cuando nos enfrentemos a nuestros propios demonios, individuales y colectivos, haremos algo más que trampear y poner parches.

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